Los médicos del 061 y EPES justifican su acción en la «optimización de recursos»

La segunda sesión del juicio donde se está abordando la actuación de dos médicos en Jerez pertenecientes al servicio público sanitario que, según la Fiscalía, no cumplieron con su deber de asistir médicamente a una paciente, continuaba en la jornada del miércoles. Los hechos tuvieron lugar en junio de 2016, cuando tras la llamada de alerta de la Policía Nacional a Emergencias Sanita rias por el estado de agresividad en el que se encontraba una joven con retraso menta l, que había sido atendida en dos ocasiones anteriores por personal médico e incluso trasladada al hospital, y que en esta tercera no recibía asistencia, la mujer decidía precipitarse por la ventana de su domicilio . En la jornada, el jurado, los letrados, la fiscal y la magistrada, junto con el público asistente, atendieron a la grabación de las conversaciones entre el médico del Centro de Coordinación de Emergencias, el profesional de la ambulancia medicalizada (DCCU) y los agentes de la Policía Nacional que acudieron a la llamada de los padres de la paciente.

Las conversaciones principales son las mantenidas por el médico de la ambulancia y el coordinador de sala . En dicha conversación se habla de que la joven ha sido asistida en dos ocasiones y ya «la habían valorado y no tenía criterio de ingreso en el hospital» . Incluso en la segunda ocasión, la psiquiatra del centro hospitalario no la atendió y dio instrucciones a la médico de urgencias con la medicación que debía suministrar a la joven.

El coordinador afirmó en su declaración haber mantenido en suspenso el envío de la DCCU y quedarse a expensas de la instrucción que le indicasen desde la Policía Nacional. No obstante, en la grabación el coordinador admite que «el problema para no enviar la ambulancia medicalizada es que lo solicita la Policía Nacional ». Una última conversación entre este acusado y uno de los mandos policiales servía para «verificar» los datos de la situación donde se daba por entendido por parte del agente que «la ambulancia ya no hace falta ». Mientras que el coordinador del Centro de Emergencias Sanitarias insistió en que «desde la sala no había inconveniente en mandarle la ambulancia», aunque «ya le digo cuál va a ser el resultado», en referencia a que no se iba a ingresar a la paciente, la iban a «echar y se va a volver a casa». A su juicio, «no denegué la asistencia sanitaria, pero no me lo volvieron a pedir». No obstante, «por regla general, cuando llama la Policía se atiende el requerimiento ».

Tanto el coordinador como el médico de la ambulancia coinciden en que la finalidad de su conversación y actuación era «optimizar los recursos». No obstante, también se ponen sobre la mesa cuestiones como: que el médico de la ambulancia desconocía la situación de agitación y alteración en la que se encontraba la joven informada por la Policía o que este mismo no diese traslado de toda la información al coordinador médico. Otra de las cuestiones que se vio durante la jornada era la posibilidad del traslado de la joven por parte de la Policía Nacional al hospital al encontrarse en este estado de agresividad; así como la comunicación al jefe del operativo policial para consultarle si finalmente se enviaba una ambulancia al domicilio.

Para los agentes de Policía que actuaron en el domicilio en el momento en el que dejaron a la joven en la cama, tras darle su medicación habitual, se encontraba tranquila y a « nadie se le ocurrió que fuera a saltar por la ventana ». El agente que se puso en contacto con el Centro de Emergencias afirmó tajante que estuvieron más de hora y media atendiendo a la joven , que pidió una ambulancia y «me dijeron que no iba a ir», siendo una decisión «del personal facultativo no enviarla». Otro de los policías declaró que ante la situación en la que se encontraron de agresividad y autolesión « era preciso la presencia médica ».