Tribunales

Marian C., primera condena a prisión permanente revisable en Cádiz

La sede jerezana de la Audiencia emite esta máxima pena por asesinato al acusado de matar a su mujer a martillazos

Vivienda donde se produjeron los hechos en el barrio de San Mateo de Jerez.

M. Almagro

La sección jerezana de la Audiencia provincial de Cádiz ha condenado por primera vez en la provincia a un procesado a prisión permanente revisable , la máxima pena que hay de privación de libertad contemplada actualmente en el Código Penal.

En este caso se trata de Marian C., un ciudadano de origen rumano que en 2020 mató a su mujer dándole repetidos golpes con un martillo en la cabeza. Ambos residían en una casa del barrio de San Mateo de Jerez. El acusado, que permanecía en prisión provisional desde que se cometió este crimen, fue declarado culpable por un jurado popular y, ahora, la Sección Octava ha emitido el fallo condenatorio que respalda la petición de esta pena máxima que hizo la Fiscalía.

Además también le prohibe aproximarse a los hijos comunes con la fallecida, once en total, a una distancia no inferior a 200 metros y de comunicarse con ellos por cualquier medio, escrito u oral por sí mismo o por terceras personas, durante diez años.

Según la sentencia , remitida por el TSJA, da como hechos probados que el matrimonio, de origen rumano residía en una vivienda de Jerez. La mujer estaba enferma, al haber sufrido un ictus en 2008 que le disminuyó la fuerza motora y una parálisis parcial que afectaba al brazo y pierna derecha. Además, había sufrido una grave lesión cardiaca, lo que les había traído a España donde se llegó a operar en 2013, permaneciendo desde entonces en este país. Todos esos padecimientos hacía que caminara con dificultad y se desplazara normalmente con silla de ruedas.

Así, sobre las siete de la mañana del 10 de septiembre de 2020, cuando la mujer se encontraba en la cama tumbada, de cara a la pared, el hombre se acercó por detrás y con un martillo de obra «le propinó a su mujer en la cabeza al menos seis golpes, produciéndole la muerte», explica la sentencia.

Posteriormente, el procesado ingirió una caja de pastillas para la hipertensión con idea de morir también. Luego se sentó en el patio de vecinos y al ser preguntado por un vecino que hacía allí contestó que había matado a su mujer . Tras comprobar los vecinos que así era, llamaron a la Policía, a la que también el acusado le dijo que había matado a su mujer.

El hombre fue declarado por unanimidad de un jurado popular culpable de haber matado a su esposa de manera consciente y deliberada, haciéndolo de forma sorpresiva y en tal forma que la fallecida no tenía ninguna posibilidad de defenderse o de huir. Contra esta sentencia cabe recurso ante el TSJA.

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