EL PUERTO
«Esta crisis puede ser la puntilla para muchos pequeños comercios de El Puerto»
La plataforma 'Revive El Puerto' hace frente a una situación comprometida y muy delicada
¡Basta ya! Con esa contundencia se rebelaron hace ya dos años los comerciantes de El Puerto de Santa María al ver que el casco histórico de su ciudad, la de los Cien Palacios, se hundía irremediablemente debido a un cúmulo de factores entre los que se encontraban la desidia y la ineficacia. Se trataba de una situación endémica que estaba acabando con un pequeño comercio al que las grandes superficies de la zona terminaban de darle la puntilla.
Por aquel entonces, más de 300 empresarios y comerciantes del casco histórico se aglutinaron en torno a una plataforma bajo el nombre de 'Revive El Puerto' para plantar cara en una dura batalla. Reuniones, encuentros e iniciativas sembraron la semilla para iniciar la aventura. La unión hace la fuerza debieron pensar y así comenzaron a poner firma al intento de recuperación de un lugar inigualable pero descuidado, necesitado y abandonado.
A la espera aún del anhelado Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Conjunto Histórico y Entorno (Peprichye) , los intentos por reflotar la nave han permitido algunos cambios todavía insuficientes. Todos saben que el partido será largo y que habrá que pelear con todas las fuerzas posibles. Con decisión.
Pero mientras se buscaba ese impulso definitivo para poder despegar en un futuro, la crisis del COVID-19 se presentó como un ciclón. Desagradable ciclón que puede dejar herido de muerte al casco histórico porteño.
«Es caótico lo que está pasando y menos mal que tenemos la ayuda del Ayuntamiento de El Puerto , con quien tenemos una buena relación. Ellos se están volcando con el pequeño comercio y nos ayudan en todo lo que está en su mano», asegura Natalia Murillo, quien forma parte de la plataforma 'Revive El Puerto'. Y añade: «El Gobierno central no está apostando por los autónomos , que somos muchísimos en este país. Y pongo un ejemplo, a mí me darán algo más de 600 euros y con ese dinero tengo que pagar el alquiler del local, la luz, el agua... Todo ello dejando a un lado los pagos de autónomos y demás, y sin contar con los gastos de mi vivienda. Además, mi marido también es autónomo. Que me expliquen cómo lo hacemos». Al tiempo que añade: «He de decir que, afortunadamente, mi familia puede ayudarme pero esa ventaja no la tiene mucha gente. Nos están dejando con el culo al aire y pocos van a poder continuar después de esta situación».
La de ella es una de muchas historias llenas de incertidumbre. Al mando de la firma Cöquette en la céntrica calle Luna, Natalia Murillo es una de esas comerciantes que durante estos días no puede abrir sus puertas al contar con una tienda de moda y complementos en la que no se ponen a la venta productos de primera necesidad. Su opción, aunque no es muy halagüeña a medio y largo plazo, se reduce a la venta a través del envío a domicilio. No queda otra.
«Es evidente que hostelería y comercio seremos los últimos en abrir. Por lo pronto, la Semana Santa ya está perdida y la campaña de verano se nos va al garete debido a esta situación. Y ahí está el problema porque es el verano cuando cuadramos cuentas para el resto del año, ya que el invierno siempre es difícil», afirma.
Conciencia y solidaridad
Si bien es cierto que los comercios de primera necesidad sí pueden abrir sus puertas, la apuesta por ellos no es la deseada. «La situación de muchos negocios no es buena. Tampoco en las tiendas de alimentación ni en aquellos comercios que pueden abrir. He tenido que salir a comprar y vengo decepcionada porque los comerciantes que lo necesitan lo están pasando realmente mal» , señala Natalia.
Por eso deja claro que desde 'Revive El Puerto' «estamos intentando concienciar con una apuesta por el pequeño comercio , pues esto es una cadena y así se pueden beneficiar muchas familias portuenses. Es en estos lugares se están tomando las medidas necesarias, no hay aglomeraciones, se respetan las distancias. Por otra parte, desde el Mercado de Abastos se están dando las facilidades para que puedan adquirir los productos, ya sea mediante reparto o a través de solicitud y recogida. Los teléfonos de contacto para ello están disponibles».
Una situación dramática que se pude aliviar con la solidaridad y el apoyo de los vecinos. «Hay muchas familias que van a grandes superficies porque realizan una gran compra en el mismo momento, pero el pequeño comercio también es fundamental . Las grandes superficies triplicarán sus ganancias debido al confinamiento, pero muchos pequeños comerciantes se quedarán en el camino. Tendríamos que ser solidarios con el prójimo porque al final todos nos necesitamos», apostilla Natalia Murillo.
A fin de cuentas, la realidad es tozuda. «El portuense, por desgracia y por norma general, es muy pesimista con lo suyo. Siempre intenta buscar en otros sitios lo que tiene en casa. Nos queremos poco y no nos valoramos lo suficiente. Yo, que soy hija de emigrantes, lo siento mucho. Sin ir más lejos, yo tengo clientes que vienen desde Jerez, Sevilla y Madrid, y están encantados. Los visitantes aprecian más lo que tenemos que nosotros mismos», señala. Y añade: «Desgraciadamente esta situación puede ser la puntilla para muchos pequeños comercios de El Puerto».
«Lo más positivo de todo esto es la unión que tenemos entre los comerciantes. Ahora mismo estamos en contacto a través de un grupo de whatsapp y por medio de un grupo de difusión. Son momentos muy duros y nos tocará pasar una grave crisis. Ojalá podamos seguir muchos después de esto, aunque será complicado. Si al final aprendemos que nos necesitamos entre todos, sacaremos una buena respuesta de todo este caso» , concluye. Sería, sin duda, la mejor respuesta. Dicen que aquel que olvida su pasado no tiene futuro. El de El Puerto deben escribirlo sus propios habitantes. Que sirva como lección.
