Patrimonio

Betilo lucha por resucitar el hospital San Juan de Dios de El Puerto

Lleva cerrado desde 1999 y ha planteado al Ayuntamiento un programa de usos que lo convertiría en un Centro Cultural. Las propuestas que aparecieron a lo largo de los años nunca llegaron a cuajar

Patio del edificio del hospital San Juan de Dios con el azulejo tipo sevillano

Elena Carmona

Con activismo incluido, el hospital San Juan de Dios de El Puerto se ha convertido en el primer objetivo patrimonial de la Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico «Betilo» , un colectivo que se presentaba hace solo unos meses en la localidad portuense. Han instalado una pancarta con los permisos pertinentes del Consistorio donde reza el lema «El hospital es tu patrimonio», la misma demanda que se usa como hashtag para la campaña que han puesto en marcha en las redes sociales. Hacen un llamamiento a la ciudadanía para que se hagan un selfie en la fachada del edificio y lo difundan con la intención de que «hagan suya la defensa de un equipamiento» abandonado en los últimos 20 años.

El presidente de Betilo, Fernando Jiménez , recalca que a principios de octubre se ponía en marcha una campaña para poner en uso este edificio, con una planteamiento donde se justifica su necesidad, qué ha ocurrido con el edificio y se hace una propuesta para su uso como Centro Cultural , a la vez que se reclama una serie de obras urgentes . Este equipamiento portuense lleva cerrado a cal y canto desde 1999 y este colectivo de portuenses está dispuesto a luchar por resucitarlo.

La situación del edificio a nivel arquitectónico no es de lo más esperanzadora y necesitaría de una importante inyección económica que en estos momentos de Covid se torna difícil. Según ha podido constatar la asociación, que accedió al edificio hace algunas jornadas, «hay una parte de la cubierta superior que está derrumbada desde hace años, en la esquina entre el callejón Guadalete y la fachada que da al río», entre otras actuaciones importantes.

La rehabilitación del edificio «debería correr de mano del Ayuntamiento», afirma Jiménez quien puntualiza que «no es un proyecto a corto plazo, sino que habrá que buscar la financiación, realizar un proyecto en condiciones y ejecutarlo por fases». En un primer momento, proponen ejecutar obras de reparación de la ruina parcial del edificio en dicha esquina, así como « la redacción del proyecto y ejecución de obras de consolidación de los elementos estructurales y cubiertas que aseguren la conservación del edificio, a la vez que reclaman obras de adecentamiento y pintura de fachadas, ventanales, balcones y cornisas».

Desde el Ayuntamiento se han reunido con el colectivo y el concejal de Patrimonio Histórico, David Calleja , se comprometía a ayudar en aquello que figure dentro de las posibilidades municipales, «con objeto de que Betilo pueda seguir potenciando la red que están llevando a cabo en pro de la restauración de un edificio tan emblemático, importante en la historia de la ciudad y unido a muchos portuenses debido a su antiguo carácter de centro hospitalario».

Orígenes

Según los antecedentes históricos que obran en mano del colectivo, los orígenes del hospital de San Juan de Dios se remontan a la cesión de un solar por parte del Duque de Medinaceli a los hermanos de la Santa Caridad frente a su aduana y el río Guadalete en 1679. Las obras de iglesia, claustro, escalera y algunas dependencias finalizan en torno a 1700 y en las siguientes décadas el conjunto se va ampliando gracias a las donaciones de benefactores para desarrollar labores asistenciales y sanitarias, explican desde Betilo.

Mediante decreto de 1822 fue traspasado a la Junta de Beneficencia local y desde entonces el inmueble es de propiedad municipal. Tras la desamortización de 1836, los hermanos de la Caridad son sustituidos por médicos y enfermeros laicos y se fusionan los cuatro hospitales de El Puerto. En 1874 se hacen cargo de este equipamiento las Hijas de la Caridad .

El progresivo deterioro ocasiona que a comienzos del siglo XX necesite obras de restauración. Y será Micaela de Aramburu , esposa del bodeguero Moreno de Mora, quien se encargue de su reconstrucción y modernización en 1916.

Tras la reapertura, las religiosas de aquella orden volverán a regentarlo hasta 1977. A mediados de siglo se destinó a varios usos sanitarios y se le fue considerando sede de varias áreas municipales para posteriormente ser cedido al Servicio Andaluz de Salud con quien fue convertido en Centro Periférico de Especialidades. Pero el lamentable estado ruinoso de este antiguo hospital impidió mantenerse abierto y desde 1999 sólo se permite el acceso a la iglesia, abierta al culto público.

El edificio se diseñó para ser un hospital, explica a La Voz Fernando Jiménez, y estuvo «hasta los años 80 operativo con operaciones, partos... El edificio resultaba poco funcional y se fueron cerrando dependencias, hasta que en 1999 deja de haber actividades». Desde entonces, según explica el portavoz de «Betilo» se ha intentado «colocar el edificio a un privado tanto para hotel, como para geriátrico, un centro gastronómico de la mano de un grupo alemán… Todo ha ido fallando, no ha cuajado nada».

El colectivo está a la espera de que el Ayuntamiento portuense responda «a la propuesta que le hemos presentado, mientras que con esta campaña queremos que la ciudad tome conciencia de que es un edificio importante, en un sitio estratégico que no puede seguir en esa situación».

Interés histórico-artístico

En cuanto al interés histórico y artístico destacan su capilla y sacristía , explica Francisco González Luque , a través de las redes sociales del colectivo. En este espacio centralizador, rectangular, porticado y de doble piso, «sobresalen los arcos semicirculares apeando en c olumnas toscanas de mármol , las bóvedas de aristas de sus corredores, la interesante fuente central (marmórea, de planta mixtilínea y rica decoración) y la azulejería sevillana cubriendo los zócalos desde la reforma de 1916».

La escalera principal conserva peldaños de mármol, pasamanos y balaustres salomónicos de caoba y la bóveda rebajada con decoración de yeserías barrocas enmarcando las cuatro ventanas elípticas, aristas y parte central de la cubierta, explica el experto.

«La capilla cuenta con elementos como tres retablos de distintos estilos, un púlpito de hierro forjado, un crucifijo de marfil y la lápida rememorando los benefactores sepultados en la capilla entre 1691 y 1786, ilustres personajes como varios Vizarrón, Valdivieso o Winthuyssen», añade el colectivo en sus redes sociales

La sacristía conserva, entre otros elementos, obras de arte del siglo XVIII , como la decoración de yeserías en su bóveda de aristas, los azulejos del zócalo o el anagrama de la Santa Caridad en puertas.

Los usos propuestos

La asociación mantiene que en la actualidad el edificio presenta un estado de conservación muy deficiente: ruina parcial, grave deterioro interior de techos, tabiquería, ventanales..., aspecto exterior lamentable y peligro para su propia supervivencia si no se realizan obras de consolidación de estructura y cubiertas y si esta situación continua prolongándose en el tiempo. Por todo ello, Betilo propone su uso dotacional como equipamiento cultural de la ciudad . Este podría ser, según su planteamiento, « concesionado y gestionado en parte por un privado , si además del uso preferentemente cultural, se pudiesen autorizar otros usos como hostelería/ gastronomía, sala o espacio para espectáculos culturales de pequeño formato y otras instalaciones complementarias , que permitiesen también una explotación económica, lo que a su vez redundaría en beneficio de los costes de mantenimiento y conservación del conjunto», plantea el colectivo.

La óptima localización del edificio con fachadas al río y a la calle Micaela Aramburu, con sus cubiertas planas y azoteas con magníficas vistas al río, a la calle Palacios y al Casco Histórico, son aspectos muy positivos a tener en cuenta para su puesta en uso. La rehabilitación y diseño de la actuación debería comprender tanto el edificio histórico, como la parcela que actualmente ocupan los locales de Cruz Roja y Guardería Municipal.

En el programa de uso planteado al Ayuntamiento plantean la revitalización del Casco Histórico y la posibilidad de albergar diversos contenidos expositivos, interactivos, creativos, y recreativos relacionados con la historia, la cultura y el patrimonio de El Puerto de Santa María, incorporando también, junto a las exposiciones tradicionales, las nuevas técnicas expositivas digitales e interactivas, espacios para coworking, salas para talleres escolares… Ideas que, a juicio de la asociación Betilo, posibilitarían que este edificio ‘enterrado’ desde hace más de 20 años pudiera resucitar.

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