CHICLANA

Más de la mitad del yacimiento del Cerro del Castillo continúa oculto en Chiclana

Las recientes investigaciones, que han hallado un edificio monumental, concluirán la próxima semana salvo que aparezcan nuevos vestigios desconocidos

Los trabajos arqueológicos, elaborados por la Oficina Municipal de Proyectos del Consistorio, se centran en la puesta en valor del conjunto mediante la construcción de su Centro de Interpretación

Estructura muraria hallada en Calle Ánimas LA VOZ

José Pedro Botella

El yacimiento del Cerro del Castillo demuestra que, como pronto, los primeros habitantes de Chiclana comenzaron a dejar su huella en el periodo histórico conocido como Bronce Final gracias al sorpresivo hallazgo de una muralla de casernas cuya construcción se remonta a los siglos VIII-VII a.C. aproximadamente.

Como no podía ser menos, el municipio gaditano no ha dejado de crecer desde entonces. Tampoco el conjunto arqueológico. Recientemente, el Consistorio informaba sobre la aparición de nuevos restos fenicios , concretamente un muro y distintas dependencias de un edificio público de grandes dimensiones. Del mismo modo, destacan trozos de cerámica de origen griego, así como una pequeña escultura con la figura de un rostro de persona en una copa ática.

En palabras del alcalde, José María Román , Chiclana asegura que destinará «todos los esfuerzos económicos» para conseguir el objetivo de la puesta en valor del yacimiento que ronda los 6.000 metros cuadrados en pleno centro de la ciudad.

Edificio monumental

Con relación a la próxima construcción del centro de visitantes del yacimiento, los investigadores municipales comenzaron los trabajos en noviembre de 2020. Fruto de estas obras, a comienzos de verano de 2021, se hallaron restos de lo que podía ser un edificio justo en el interior de la nave municipal reservada para albergar el centro de visitantes.

El hallazgo no solo ocupa la superficie del espacio público, sino que también se extiende hasta llegar a una vía inmediata, la calle Ánimas. Este edificio fue detectado a través de los sondeos efectuados con motivo del acometimiento de los trabajos, «no son ni capas arqueológicas, se analizaron los pilotes del edificio», apunta Paloma Bueno, arqueóloga municipal.

Se trata de un edificio monumental, de unos 7x10 metros de dimensión aproximada gracias a conocerse tres de las esquinas de la estructura. La construcción está levantada con sillares de piedra arenisca . En su interior y fachada se han hallado una serie de elementos asociados que permiten hablar de su monumentalidad.

«Las esquinas están muy bien construidas, pero los muros son de ripio de diferentes tamaños. Para ocultar estas fallas lucieron con una serie de capas de cala o arena cuyo último estrato cuenta con un triturado de mármol obteniendo un aspecto marmóleo entre blanco y beige con un poco de brillo», considera Bueno.

Los arqueólogos también han dado con restos de la cornisa de este edificio monumental en la que se encontraba una gola egipcia, un recurso de moda en determinados edificios púnicos y que permiten establecer su fecha de construcción entre el siglo V y IV antes de Cristo . La cerámica que ha aparecido refrenda esta idea.

Este edificio habría perdurado en el tiempo, «hemos notado algunos elementos que nos invitan a pensar en la continuación de este espacio. En la parte de arriba de sus muros aparece otro que quizás corresponde a una reforma de momentos posteriores. Al menos seguiría siendo funcional hasta el siglo III a.C. ».

No pueden asegurar que se trate de un templo

Una vez datados todos los elementos, las inquietudes de los investigadores se centran en averiguar cuál fue exactamente el uso de este edificio monumental. «Retomando investigaciones anteriores de otros grupos y en otros países hemos dado con paralelos similares del mediterráneo central, por ejemplo, en Sicilia o Cartago. Según sus conclusiones apuntan a que esta clase de construcciones podrían corresponderse a santuarios o palacios ».

«Lo que está claro es que estamos ante un edificio público », indica. No obstante, resulta complicado asegurar su funcionalidad. «Se ha encontrado una cerámica de gran calidad, muchas ánforas de acumulación de mercancías y una figurita con un rostro femenino que podría ser una divinidad».

Estos elementos, aunque hicieran referencia a dioses, «son frecuentes y aparecen en muchos sitios. En casi todos los yacimientos fenicios pueden hallarse y eso no quiere decir que sea un templo», asegura la responsable de las excavaciones.

Del mismo modo, Bueno desecha la idea de que se haya dado con el templo de Melkart . «Estamos hablando de un santuario que podría existir en cualquier ciudad púnica, no tiene que ser de Melkart. Lo primero que hacían los fenicios al fundar una ciudad era construir un santuario, por lo que no es raro que en el Cerro del Castillo hubiera un santuario».

Centro de Interpretación y puesta en valor

«Nosotros habíamos excavado parte de la nave y habíamos dado con restos que íbamos a poner en valor. Aunque sabíamos que el suelo estaba repleto de otros restos. Como no había mucho tiempo antes del comienzo de la construcción se decidió no tocar el suelo y plantear una edificación que afectase lo menos posible». Sin embargo, gracias a los análisis previos se determinó que, por la magnitud del hallazgo, debían paralizarse los trabajos contemplados.

La intervención en el interior de la nave municipal ya se da por finalizada a la espera de comunicar los resultados la semana que viene. En estos momentos, los arqueólogos han comenzado una cata en el lugar donde se espera que se coloquen los pilares y soportes de una pasarela de una torre que se va a construir en la calle Ánimas, puesto que se han encontrado bastantes restos de época púnica y, por debajo, vestigios fenicios.

«Hemos hallado varias habitaciones de época púnica, del siglo V y IV antes de Cristo, mientras que los muros que se encuentran por debajo podrían llevarnos hasta el VI a.C.», revela la arqueóloga.

La puesta en valor efectuada por el Ayuntamiento de Chiclana está elaborada por la Oficina Municipal de Proyectos en el que se integran varios arquitectos, aparejadores y otros profesionales. «A pie de campo me acompañan dos auxiliares, dado que el corte con el que trabajamos no es muy profundo», comenta Paloma Bueno que ha estado desempeñando sus labores de investigación sobre el terreno en jornadas de nueve horas diarias.

El conjunto de los trabajos, que incluyen la puesta en marcha del Centro de Interpretación del Cerro del Castillo, cuenta con una inversión de 1.197.000 euros sufragada por los Fondos Europeos destinados desde la junta de Andalucía a la Inversión Territorial Integrada (ITI) de Cádiz dotada con 387 millones de euros en conjunto.

A esta musealización se le incluye el servicio 'Nueva Gadeira. Ruta Chiclana de origen fenicio' , que propone recrear el propio itinerario que los fenicios, en el siglo VI a.C., siguieron para fundar el asentamiento de Chiclana. El recorrido parte de la playa de La Barrosa, frente a la torre del Puerco, y concluye en el mirador de la avenida Reyes Católicos, frente a la cantera bajo el Cerro del Castillo.

Cerro del Castillo, origen de la fundación de Chiclana

A comienzos de septiembre de 2006 se efectuó una cata en los terrenos del Cerro del Castillo como paso protocolario previo al comienzo de la fase de urbanización de una promoción de viviendas.

En un solar de unos 4.000 metros cuadrados, ubicado en la trasera de la Iglesia San Juan Bautista, los trabajos arqueológicos dieron lugar al descubrimiento de un importante yacimiento arqueológico en el que se hallaron restos de la etapa del Bronce Final, vestigios fenicios y romanos hasta llegar a enterramientos del siglo XVIII en el primer cementerio que se conoce en la ciudad y que cuyo origen se remonta al siglo XV.

Fue una noticia que sigue sorprendiendo a los arqueólogos. «Nadie se esperaba encontrar un recinto amurallado». Los restos más antiguos del yacimiento del Cerro del Castillo fueron hallados en 2006, concretamente la muralla de casernas, de tipología oriental y que por su cultura material apuntan a finales de la Edad del Bronce (siglo VIII-VII a.C.).

Tal y como considera Paloma Bueno, el Cerro del Castillo es el origen de la fundación de Chiclana, después se empezó a ocupar el sitio a partir de la muralla. La datación exacta de la muralla, así como de otros restos encontrados, se plantea «con vistas al futuro».

Según explican desde el Consistorio, «los restos arqueológicos más antiguos hallados hasta ahora en el Cerro del Castillo, un fondo de cabaña y el material mueble recuperado en su interior, nos hablan ya de una primera ocupación del lugar durante la Prehistoria Reciente, exactamente en el Bronce Final Hierro I o Época Tartesia porque nos desvela la existencia de un Poblado de Cabañas. La primera ocupación humana conocida».

Este recinto fortificado demuestra «la existencia de una colonia fenicia». Según los expertos, culminar estas construcciones era una forma rápida de apoderarse del enclave y de proteger la población, al menos en las primeras fases de ocupación «cuando todavía no se había establecido el emporio fenicio y era necesario salvaguardar las rutas comerciales».

«Chiclana debe tener más yacimientos», reflexiona Bueno, pero en excavaciones efectuadas en el entorno inmediato no aparece nada. El propio Cerro aún debe ocultar muchos secretos de la historia del municipio gaditano, teniendo en cuenta que el conjunto arqueológico de Baelo Claudia, con más de un siglo de excavaciones, apenas cuenta con un 20% de los vestigios descubiertos. En este sentido, Paloma Bueno confirma que «aún falta por mostrar más de la mitad del yacimiento al completo, hay trabajo por delante».

Contrario a lo que se pensaba, el yacimiento del Cerro del Castillo no necesita una declaración expresa como Bien de Interés Cultural (BIC) dado que la zona donde se ubica se encuentra protegida gracias a que coincide su ubicación con la que ocupó el castillo de Alonso Pérez de Guzmán 'el Bueno'.

Al tratarse de un sitio estratégico, elevado a unos 30 metros sobre el nivel del mar, el Cerro del Castillo de Chiclana fue considerado como un lugar estratégico por las distintas civilizaciones que poblaban la localidad para controlar las vías de acceso. «Además siempre ha tenido la función de defender. Fue castillo fenicio y después el de Guzmán 'el Bueno'», concluye la arqueóloga estableciendo nexos en común entre los habitantes durante los, al menos, 30 siglos de vida conocida en Chiclana.

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