Los presidentes se hicieron una foto antes de concluir un encuentro que el año que viene será en Jerez
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COFRADÍAS

Una negociación entre Consejo y Ayuntamiento de Cádiz con líneas rojas

Los técnicos de Cultura se han sentado este martes con el Consejo de Hermandades y Cofradías para «revisar» partidas económicas dudosas, antes de hablar mañana con Eva Tubío

JESÚS A. CAÑAS
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Quieran o no, están condenados a entenderse. E incluso a establecer a una unión de cierta confianza entre ambos, aunque ahora mismo las posturas no pueden estar más alejadas. Consejo de Hermandades y Ayuntamiento tendrán que ver cómo hacerlo y tendrá que ser mañana miércoles, a la hora del Ángelus, las 12.00 horas.

Porque de la cita de mañana depende cómo se desarrollarán las posteriores relaciones entre hermandades y Consistorio, después de dos citas anteriores en la que poco se ha podido resolver después de que ambas partes hayan aplazado cualquier toma de decisión. Directrices de unos y otros que hoy se acordarán o no en la sede del Consejo de Hermandades y Cofradías de la calle Cobos.

Hasta allí se desplazará la concejala de Cultura Eva Tubío con una cuestión esencial: decidir cómo y cuánto se verá alterada la colaboración del Consistorio con las hermandades. 

De entrada, el presidente del Consejo Martín José García va «tranquilo» al encuentro. Una paz que no alcanzan los hermanos mayores que reconocen estar «inquietos» a la espera de saber cómo se resuelve. En la anterior cita en la Fundación Municipal de Cultura, Eva Tubío dejó claro que el ajuste era necesario al hablar de «pedagogía del ahorro» y de cantidades «superfluas» susceptibles de ser «recordadas». Sorprendentemente, a esa reunión fue sin saber exactamente cuáles eran esas partidas, pese a que era la segunda cita, tras la primera toma de contacto con el alcalde José María González

Al parecer, ambas partes no tenían claras todas las partidas y había ciertas partidas dudosas y que era necesario aclarar para determinar si son esenciales o no. Ese día, García se mostró proclive a dichos recortes de esos puntos menos esenciales, siempre y cuando no se traspasara la línea roja de «salir a la calle». En cuanto a los conceptos concretos susceptibles de la tijera, ninguna de las dos partes confirma o desmiente nada «hasta que no se celebre la reunión».

De entrada, parece haber partidas prescindibles que no afectan directamente a las salidas procesionales y que solo dependen del Consistorio, como puede ser el exorno de calles o la presencia de maceros en las procesiones bajo mazas. García cita algunas de ellas a modo de ejemplo, sin querer entrar en más detalle. 

Este desglose del coste de las ayudas fue el que centró el encuentro entre técnicos municipales de Cultura y el Consejo que se celebró en la mañana de ayer en una comisión mixta que se creó en la última reunión. Ya con todas las partidas claras, hoy ambas partes se sentarán con dos posturas, de entrada, contradictorias y que tendrán que conciliar. El Consistorio con la idea de aplicar recortes a la subvención, el Consejo dispuesto a ello pero sin que se toque la ayuda que reciben las cofradías por salir a la calle en Semana Santa.

Esa será la línea roja «inamovible». De hecho, si el Consistorio quiere tocar esa partida, García convocará a los hermanos mayores a un pleno extraordinario para decidir qué postura tomar. García repite una y otra vez el impacto económico positivo para la ciudad: «Nosotros recibimos la subvención, pero no somos los beneficiarios». De hecho, en una estimación aproximada, apunta a «uno o dos millones de euros como posible beneficio que recibe la ciudad». 

Por su parte, el Ayuntamiento ha eludido entrar en desgloses hasta que no se celebre la cita. De entrada, su contribución se divide en ayuda material (colocación de palcos, el Ciclo de Música en Cuaresma, las luces, control de la seguridad, poda de árboles, cesión del Falla para el pregón...) y económica (la subvención a las cofradías de penitencia de 120.000 euros). El recorte de las primeras ya le traería ahorro y algunas de ellas parecen prescindibles.

La tijera en las segundas colocaría a más de una hermandad en una comprometida situación para salir a la calle. Tanto es así que a la pregunta sobre si un posible recorte en la subvención puede llevar a alguna hermandad a no salir, García deja caer su duda: «Querría que no fuera así, pero eso no depende de mí».

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