SANIDAD

Flecos sueltos del plan contra el ébola en Cádiz

El hospital Puerta del Mar usa las habitaciones para tratar el ébola para otros pacientes

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El contagio por ébola de la auxiliar de enfermería del Carlos III y el aislamiento de otras dos compañeras que atendieron al misionero Manuel García Viejo ha sembrado dudas sobre el protocolo activado en los centros sanitarios y cómo afrontan los profesionales sanitarios las medidas de prevención para evitar la transmisión. Desde que se declarara el estado de pandemia el pasado julio, los centros sanitarios de la provincia comenzaron a recibir las primeras instrucciones para abordar los posibles casos que se pudieran detectar.

La mayor atención se ha puesto sobre los hospitales de la provincia, cuyas plantillas reciben desde el verano constantes actualizaciones del protocolo y cursos de formación sobre cómo actuar y manejar los equipos de aislamiento. En lo que respecta al Puerta del Mar, que es el único designado para atender los casos sospechosos que pudieran aparecer en la provincia, ya se ha hecho aprovisionamiento de los trajes y del material necesario para tratar a los posibles pacientes. El centro también ha reservado una serie de camas en una de las plantas para atender a los casos, ya sean sospechosos o confirmados, que pudieran surgir. Dos de las habitaciones están dotadas con un sistema de presión negativa como la utilizada para tratar a los misioneros de la orden de San Juan de Dios que fueron repatriados y trasladados al hospital de Madrid. Sin embargo, se están utilizando para ingresar a pacientes con otras patologías.

Así lo ha confirmado a los medios el director gerente del centro, Rafael Pereiro, que ha aclarado que «el uso de estas habitaciones de presión negativa no está contemplado en el protocolo», pero sí lo recomienda. En cualquier caso, ha dejado claro que «habrá siempre camas disponibles para atender cualquier posible contagio y se habilitaría una zona en forma automática» tanto si hay confirmación como si es sólo una sospecha.

Sin embargo, profesionales de unidades de Urgencias y Medicina Interna consultados por este medio han asegurado que «las habitaciones reservadas deberían estar siempre disponibles, porque se perdería mucho tiempo si hay que desalojarlas antes». También han aclarado que «por el momento se suele dejar libre una de las dos habitaciones con presión negativa», de las que aclaran, son más seguras porque cuentan con una doble puerta y dotadas con un sistema que evita que el aire del interior pueda extenderse al exterior.

Otra de las quejas que ya han elevado a la dirección es la organización de la formación, a la que no todos han podido acceder. El responsable del hospital ha aclarado que «se viene reforzando desde que se declaró la pandemia y ha llegado ya a 1.037 profesionales», que la han realizado de forma obligatoria y fiscalizando su asistencia. Pero el momento en el que se han impartido ha coincidido con la época de vacaciones, con lo que aún hay trabajadores que no la han completado.

Precisamente el pasado viernes el sindicato de enfermería Satse enviaba una queja a la dirección de los profesionales de Medicina Interna sobre las dificultades que habían tenido para asistir a estas charlas. Según denunciaron, «la falta de personal hacía imposible abandonar sus puestos para acudir a los cursos», han indicado fuentes del sindicato. El problema parece haber ocurrido en este área en concreto. Los profesionales de Urgencias y UCI así aseguran haber recibido la formación, aunque consideran que «necesita más parte práctica sobre cómo ponerse y quitarse los equipos».