cultura

Instantes detenidos en el infinito

La pintora Carmen Bustamante expone ‘Espacios de la memoria’ en Santa Catalina

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La pintura de Carmen Bustamante es puramente sinestésica. Refleja la soledad sonora y la oscuridad del silencio. Es un instante parado en el tiempo, un lugar clavado en el infinito. Es minimalista, rigurosa, exacta y contemplativa. Sin pretenderlo. Sin más interés personal que la búsqueda, que la mirada introspectiva, para dar pie a cientos, miles de interpretaciones, tantas como espectadores que contemplan algunas de sus obras. 40, entre óleos y acuarelas, presenta mañana en el Castillo de Santa Catalina bajo el título de ‘Espacios de la memoria’. Es la única etiqueta de la muestra, porque ninguna de las piezas inéditas están tituladas por la pintora. Son de ella, forman parte de su memoria y de su personalidad, sin más.

Sencilla, aunque profundamente compleja es la metodología de Bustamante. Con cuatro elementos básicos, la arena, el agua, el aire y la luz; y una paleta de colores escasa en la que predominan los grises. «La figura humana, para pintarla, me interesa poco», reflexiona mientras ultima la instalación de la muestra en el Castillo de Santa Catalina. Regresa a casa después de años, «en 2007 fue la última vez que expuse, creo», aunque toda su producción sale de su estudio de la Alameda gaditana.

‘Espacios de la memoria’ recrea las dunas de las playas atlánticas o las del desierto; las orillas de arena húmeda; la espuma que dejan las olas al romper en la orilla; las marismas y esteros; el protagonismo del cielo interactuando con el mar. Y, como destaca Ana Sofía Pérez Bustamante en el catálogo de la exposición, las series de la pintora gaditana, muestran, eventualmente, alguna construcción humana: una estaca, un faro, una valla, el perfil de muralla que termina en el Baluarte de la Candelaria.

Pintura zen

En el Castillo de Santa Catalina, la artista presenta también un apartado de lo que ella llama pintura zen. Los mismos motivos, pero combinados en un juego de negros y grises. Porque si a algo recurre Bustamante para expresarse es a la luz atlántica. «Nunca es igual, puede pasar de ser brillante a fría –sostiene–. Lo que me interesa es el espacio que yo creo dentro del cuadro, el ambiente. Todo está llevado a mi mundo de silencios, a la soledad, a la quietud, al instante que se queda retenido».

La pincelada miniaturista es el signo de identidad de la gaditana, que, a vueltas con la sinestesia, consigue poner música a sus obras. El lirismo es, pues, otro rasgo a destacar de su producción, características que han hecho de Carmen Bustamante una de las artistas locales de referencia. Aunque su importancia ha trascendido estos límites para situarse como una consagrada más del arte contemporáneo español. En este 2012 ha vuelto a exponer en Art Madrid (la feria paralela a ARCO), en Catania (Italia) y Estrasburgo. Además, próximamente mostrará sus piezas en Málaga y Bilbao. Antes habrá concluido la exposición de Santa Catalina y otra que abrirá el próximo viernes 22 en la Galería Benot, que viene a ser una continuación en pequeño formato de ‘Espacios de la memoria’. En esta ocasión, cobrarán protagonismo las marismas de Sanlúcar y San Fernando.