La imagen de Moret, en Plaza de Sevilla. :: MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

El polémico paseo de Moret

Cádiz Ilustrada critica la «falta de sensibilidad por el patrimonio» ante el traslado de la estatua a San Juan de Dios

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El proyecto de traslado de la estatua de Segismundo Moret de su ubicación actual en la plaza de Sevilla hasta el emplazamiento original en la plaza de San Juan de Dios continúa sembrando polémica aún sin haberse ejecutado.

Desde la asociación para la defensa y difusión del patrimonio Cádiz Ilustrada denuncian «la falta de sensibilidad por el patrimonio y de respeto hacia los ciudadanos que velamos por él» por parte del Ayuntamiento. En este sentido, el proyecto de traslado de la estatua en la segunda fase de los trabajos que se están realizando en la Plaza de San Juan de Dios supondrá la eliminación del basamento del monumento cuando se lleve a su ubicación original.

Desde el Ayuntamiento se aseguró el pasado mes de enero que «en la documentación del proyecto se observa que el primer cuerpo del basamento estaba tapado por la escalinata -originalmente-» , y que la altura perceptible del monumento «quedará como originalmente aparecía». Al respecto, Cádiz Ilustrada afirma que la respuesta denota «ambigüedad» y el proyecto «una alteración injustificada de la obra de arte tal como fue concebida por su autor Agustín Querol y Subirats para ser admirada a esa altura».

El Consistorio también argumentó que dicha eliminación de la base «facilitaría la visión a ciudadanos de los relieves tallados en su fuste». En dicho sentido, la asociación piensa que «al estar los relieves a menor altura, puede que también sean víctimas del vandalismo» y añade que «un monumento nunca ha sido algo cercano al pueblo, sino pensado para realzar a un personaje o alegoría, así que no tiene sentido que el Ayuntamiento quiera reinventárselo, solo por seguir un criterio estético personal. Eso es jugar con el patrimonio».

Asimismo, dicen, «creemos que aprovechando la reubicación original del monumento, tenemos material gráfico suficiente para recrear la reja que lo protegía», en alusión a la alternativa de «recuperar tanto la escalinata que conducía al basamento como la balaustrada que lo bordeaba» como forma de evitar «una nueva alteración más allá de devolver el monumento a su legítimo lugar y de la forma más similar a cuando se realizó en 1909». De esta forma, explican, «sería especialmente interesante recuperar ambos elementos, sobre todo la singular balaustrada de forja que se podría rehacer siguiendo fotografías del aspecto original del monumento, que se conservan en fototecas como las del Archivo Municipal».

Cádiz Ilustrada se hace eco así de «lo que piensan muchos gaditanos» y cita como referente la Carta de Venecia de 1964, procedente del II Congreso de Arquitectos y Técnicos en Monumentos Históricos, de la Unesco en el que se concreta que «las obras monumentales de los pueblos representan en la vida actual el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad las considera patrimonio común reconociéndose responsable de su salvaguardia frente a las generaciones futuras» y en concreto al artículo siete de dicho documento en el que se dice que «el cambio de una parte o de todo el monumento no puede ser tolerado más que cuando la salvaguardia de un monumento lo exija, o cuando esté justificado por causas de relevante interés nacional o internacional».

Cádiz Ilustrada entiende que «el término monumento se hace también extensible a la obra de arte en general y a todo aquello que se considere patrimonio».