La plaza de Fray Félix vuelve a sufrir los efectos del vandalismo

El vandalismo se ha cebado de nuevo con el patrimonio que alberga la plaza de Fray Félix. En la noche del jueves, tres jóvenes accedieron al pozo situado frente a la Catedral Vieja que provocó la rotura de uno de los cristales de los tres que recubren la reja de la puerta de acceso. Ya en el interior han sufrido desperfectos las tapaderas de los brocales del pozo y una cruz de forja que data del siglo XVIII, arrancada de cuajo de su emplazamiento una semana después de que se intentara forzar la entrada al lugar. La cruz está ahora custodiada por la Asociación de Vecinos ‘Los Tres Arcos’, que lamenta el estado de abandono en el que se encuentra permanentemente la plaza de la iglesia de Santa Cruz.

Para el presidente de la asociación Pedro Pérez, «es vergonzoso» y una clara muestra de «la despreocupación del Ayuntamiento» por este lugar, la plaza más antigua de Cádiz, «sitios que hay que mimar», según afirman fuentes de la Casa del Obispo. Los vándalos son ya conocidos del lugar, jóvenes que se dedican a buscar túneles a lo largo de la ciudad y después publicar sus «descubrimientos» en Internet, aunque aquí «con esta salvajada no van a encontrar tesoros escondidos, sólo un aljibe de cuatro cámaras interconectadas». Los daños se cifran entre 2.500.000 y 3.000.000 de euros y aunque en «tres días se puede arreglar», los desperfectos que acumula la plaza llevan aproximadamente un año en barbecho. Ante esta situación, la empresa SIP Construcciones se ha ofrecido a la restauración de este bien cultural, cuya titularidad pertenece al Cabildo Catedralicio de Cádiz según un antiguo documento conservado en el archivo del Cabildo Catedralicio, que pasa por arreglar los desperfectos de la garita, el enrejado, la cristalería y la reparación de la cruz de forja; es decir «ponerlo en valor y recuperarlo tal como era» dice el presidente.

Pérez también enumera otras trabajos pendientes de ejecución en la plaza de Fray Félix como la reubicación de una de las tres farolas de la muralla que resguarda la entrada a la iglesia de Santa Cruz, desaparecida hace un año y que por entonces presentaba desgastes en los soportes de piedra ostionera, el propio revestimiento de la muralla a la que se le aplicó pintura encima y mortero rojo en ciertas zonas para disimular su desgaste «cuando se podría haber imitado el original perfectamente con cemento blanco, arena y trozos de piedra ostionera pegada», o el arreglo de los adoquines e hitos de la calzada, argumentan desde la Casa del Obispo. Más allá del ataque contra el patrimonio, desde ‘Las Tres Cruces’ insisten en que existe un peligro para los niños que accedan al cubículo, ya que el pozo tiene una profundidad de cinco metros y hay un cable que sirve para el alumbrado público que puede provocar descargas eléctricas. La asociación espera poder encontrar eco a sus reivindicaciones que se suman a otras como las de la Casa del Almirante, la plaza de San Martín o la calle Obispo José María Rancés, por poner sólo algunos ejemplos.