Las trabajadoras de Acasa llevan la playa a las puertas del Consistorio

Tortilla de patatas, crema protectora, flotadores, piscina hinchable... La puerta del Ayuntamiento de Jerez se convirtió esta mañana en una especie de playa improvisada en la que solo faltaban lo que no ponen los humanos sino la naturaleza: la arena y el mar. Por lo demás, decenas de personas ataviadas con bikini y bañador desplegaron sus sombrillas, sus mesas y sillas plegables y sus toallas para simbolizar lo que para ellas supondrá un verano sin poder disfrutar de sus vacaciones. La 'parodia' corrió a cargo de las trabajadoras de Acasa, la concesionaria municipal de ayuda a domicilio, que recordaron con esta original iniciativa que aún no han cobrado sus nóminas de junio, lo que les impide sacar partido de sus días libres, ya que apenas si «entra el pan en casa».

«Esta situación no le gusta a nadie –reconoció Encarni Barrios, presidenta del comité de empresa–, pero necesitamos cobrar para disfrutar de las vacaciones y estar tranquilas. Tenemos sueldos muy pequeños y los estamos estirando al máximo, no podemos continuar así. Por eso hemos decidido hacer esta reivindicación, con sentido del humor pero también con respeto». Como explicó, el problema radica en que las arcas municipales no pueden afrontar en estos momentos el abono correspondiente a la empresa, para que ésta a su vez pague a la plantilla. «Hemos hablado con la alcaldesa y nos ha dicho que están buscando el dinero, sabemos que están en ello y que la situación es crítica, pero cada uno tiene que luchar por lo suyo».

Por ello, confirmó que continuarán con las protestas hasta que la concesionaria liquide las cuentas pendientes. Junto a ellas, las trabajadoras de la empresa encargada de la limpieza de colegios y dependencias municipales, Limasa, también se concentraron esta mañana a las puertas del Consistorio para reivindicar exactamente lo mismo. El caso es prácticamente idéntico al anterior, ya que a alrededor de 200 empleadas no se les ha transferido el salario de junio por problemas de liquidez de la compañía debido a la deuda municipal. Así lo corroboró Carmen Sánchez, portavoz del comité de empresa, recordando que la plantilla padece dos años de demora en los pagos. «No tenemos esperanza –lamentó–, porque depende del Ayuntamiento y por lo que se ve el dinero que hay es para los empleados municipales, pero no para nosotras. Los demás parece que no tenemos derecho a comer».