Antonio Gessa, en el centro, con los hermanos José y Camilo Gálvez, directores también del conservatorio.
EL PERFIL

Antonio Gessa Loaisa, musicólogo

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Desde su nacimiento, Antonio Gessa Loaisa estuvo vinculado a la música, la gran protagonista de su vida. Nació en Vejer de la Frontera el 4 de julio de 1898 y ya desde sus primeros años la profesión musical de su padre como organista de la Santa Iglesia Catedral y de la parroquia de Vejer influyó en su vida. Sus primeras letras musicales las inició con el organista José Jiménez en su tierra natal y continuó con José Gálvez Ruiz, presbítero en Cádiz, quien además ocupó el cargo de director del Conservatorio de Música de la capital gaditana. Tiempo después consiguió el título tras examinarse en la Escuela de Música de Cádiz y en el Conservatorio de Córdoba. A través de una oposición obtuvo la cátedra de Estética e Historia de la Música del Conservatorio profesional de música y declamación de Sevilla.

Se casó con Carmen Relinque González, también vejeriega, en la parroquia del Divino Salvador de su localidad. Ambos se trasladaron a vivir a Cádiz, a una casa que la familia tenía en propiedad en la calle Sagasta. Allí tuvieron a su única hija, Luisa. En este tiempo, Antonio Gessa Loaisa fue nombrado inspector municipal de enseñanzas musicales.

Hacia 1927 fue designado, entre los profesores de la escuela de música Odero de Cádiz, por el ilustre compositor Manuel de Falla para el desempeño de la recién creada 'Cátedra Manuel de Falla'. Cátedra que desapareció al fusionarse dicha escuela con la Real Academia de Santa Cecilia, en el conservatorio elemental.

Durante su etapa profesional, residió entre Cádiz y Sevilla compartiendo el cargo de director del Conservatorio de Cádiz, con la Cátedra del Conservatorio de Sevilla. En 1945 hizo un pequeño paréntesis y marchó hacia Tetuán, donde ofreció diversas conferencias para formar a los maestros de música del protectorado español.

Entre los cargos que desempeñó se encuentra el de director de la sección musical del Colegio Alemán de Cádiz, censor de música eclesiástica en las iglesias de la Diócesis de Cádiz-Ceuta y el de profesor y director en el Conservatorio Manuel de Falla de Cádiz. Éste último lo compartió con la cátedra de Estética e Historia de la Música del Conservatorio Profesional de Música y Declamación de Sevilla.

Participó activamente en los actos culturales de la ciudad con Álvaro Picardo, Federico Sahagún, José María y César Pemán y Donato Millán. Poseyó una importante biblioteca musical que se convirtió en el centro de tertulias, reuniones y consultas de amigos y melómanos frecuentadas por Ramón y Juan Ariza, María Pemán o Máximo Pajares.

De su vocación como musicólogo, destacaron composiciones como el himno de Coronación de la Santísima Virgen de África, el himno a San Lorenzo, la canción rural a San Isidro Labrador, seis canciones para niños y abundantes composiciones propias y artículos varios publicados en diferentes números de la Revista de Pedagogía Española. También colaboró de forma permanente en Radio Nacional de España en su delegación de Sevilla, en el espacio diario 'Gran concierto' y en los semanales 'A las once lección de música'. Además intervino directamente en la confección del proyecto de archivo folklórico musical.

Fue gran amigo de Ramón Yáñez y del que fuera director del conservatorio, Ricardo Baras (abuelo de la bailaora Sara Baras), con los que compartió tertulias musicales.

Durante toda su vida demostró un profundo cariño hacia su lugar de nacimiento, Vejer de la Frontera, por lo que hizo que le esculpieran una talla de la Virgen de la Oliva. La figura, que actualmente la tiene su hija, presidió la iglesia de San Pablo, en Cádiz, durante la novena que le hacían los vejeriegos residentes en la capital.

Ya de mayor y viudo, se casó por segunda vez con María Delgado Ureña. Antonio Gessa Loaisa falleció el 23 de Agosto de 1965 en Cádiz.

Entre sus honores, condecoraciones y premios se encuentran numerosos escritos emitidos por diversas entidades como la comisaría de España en Marruecos, el centro de estudios históricos, el Ayuntamiento de Cádiz, las diócesis de Cádiz y Sevilla y el rectorado de los cursos universitarios de verano de Cádiz, entre otros.

La tradición musical, ha sido heredada en la familia por su biznieta Ana Pérez García de Arboleya, quien compaginó sus estudios profesionales con los de solfeo y piano. Actualmente es ingeniera química.