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«¡Si esta soy yo!»

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E l paquete con matasellos de España era la prueba definitiva. Michèle K. lo abrió rápidamente con la impaciencia de una chica de 19 años. Sus dudas se disiparon de inmediato. Hasta ese momento no se creía lo que le habían contado vía correo electrónico. «¡Pero si esta soy yo!», exclamaba una y otra vez en voz alta. Estaba estampada sobre una camiseta en color blanco roto con su inconfundible larga melena negra, su finísima blusa de corazones negros y su bolso rojo pasión. Exactamente la misma pose que una de sus fotos de su página personal, Beware of my heels. ¡Y nada menos que la prenda que tenía entre sus manos formaba parte de la nueva colección de ropa de Stradivarius! Lejos de sentirse halagada por colgar de las perchas de uno de los hijos del imperio Inditex, esta blogger y 'fashionista' suiza sintió cómo le subían los colores. Y no precisamente de rubor. «Utilizaron mi imagen a mis espaldas», detalla indignada Michèle, convertida de la noche a la mañana en una modelo para 'sorpresa'... de ella misma.

Su historia llena ya cientos de páginas y foros especializados en moda en internet. No es la única cara bonita reclutada sin permiso por la empresa que hasta hace unos meses capitaneaba Amancio Ortega. Junto a Michèle, otras reconocidas y seguidas blogueras internacionales han saltado a las tiendas estampadas en unas camisetas que la compañía retiró ayer tras la polémica generada bajo el lema 'Zara, we have a problem'.

Al parecer, ninguna de las chicas habría dado su consentimiento para verse en los escaparates de nada menos que 573 tiendas de 42 países. Así que lo que en principio algunos consideraban como un homenaje a estas 'gurús' de las tendencias, ha terminado engrosando la lista de prendas tocadas por la polémica 'made in Inditex'. Las camisetas ya se guardan a buen recaudo junto al bolso con la cruz gamada o la etiqueta en la que aparecía una mezquita que también tuvieron que ser retiradas hace unos años.

«Se está investigando qué es lo que realmente ha pasado», enfatizan desde Inditex. Ni una palabra más salvo que el diseño de esta línea de camisetas salió de un proveedor externo encargado de idearlas e incluso fabricarlas. La multinacional les pedirá perdón, pero no se sabe si las disculpas conllevarán alguna compensación económica. A Michèle desde luego todavía no le ha llegado nada. Y ni lo espera. Aunque tampoco se plantea meterse en juicios por más que hayan usado su imagen sin permiso con fines comerciales. Primero, su cuenta corriente no se lo permite. Y, segundo, considera que ya ha ganado: «Ellos han retirado las camisetas de las tiendas, así que no pediré dinero. Eso es suficiente para mí». Algo que se hubiera evitado fácilmente: «Les hubiera cedido la foto gratis pidiéndoles solo que me enviaran una camiseta». Así de simple. Y adiós problema.

Hasta en tres ocasiones

A la francesa Louise Ebel (Miss Pandora) verse de nuevo posando en los percheros de Stradivarius ya no le sorprende. Es toda una veterana en estas lides. Hace un año su imagen copaba otra camiseta de la misma compañía con sus inconfundibles gafas de pasta negra, su flequillo y sombrero luciendo uno de sus modelitos por las calles parisinas bajo la atenta mirada de la cámara de Pauline Darley. Entonces esta estudiante de Historia del Arte pidió los tickets de compras a todas sus seguidoras para poner el tema en manos de sus abogados. Ahora todavía no ha manifestado públicamente qué hará. Al igual que el resto de chicas que integran la colección y a las que aún no se le ha puesto nombre o apellidos. Se especula con que también serían bloggers, pero poco más.

Un revuelo que se une al que levantó una de las reinas francesas de la blogosfera. Betty Autier denunció en internet que Zara estaba vendiendo camisetas y vestidos con su imagen sin permiso. Pasó igual: cogieron una de las fotos de su blog en la que se le veía bebiendo un refresco con las gafas de sol puestas. «¡Esto no debe quedarse así! Hay que hacer algo», se lee en los comentarios de sus más de 40.000 enfervorecidas seguidoras diarias que le han puesto una cruz a la cadena española más internacional. Ella, por supuesto, no ha vuelto a promocionar ninguna de sus prendas.

Sin embargo, algunas 'fashionistas' le quitan hierro al asunto. Sobre todo conociendo que la empresa se suele inspirar en modelos y tendencias que caza en las calles de todo el mundo... y también en internet. Sin olvidar las pasarelas y diseñadores del momento. Sus clones, imitaciones, copias o diseños inspirados en los más grandes, como se les quiera llamar, no faltan en ninguna de sus colecciones escudriñadas hasta la saciedad por apasionadas de una moda muy alejada de los ceros que exigen las marcas más lujosas. Los 'clonehuntings' (cazadores de clones) cuentan con un filón con Inditex. ¡Hasta en algún blog se le pide al propio Amancio Ortega clones de ciertas prendas exclusivas!

Con un ligero cambio todo vale para que se considere una «inspiración» y no un copia pura y dura. Aires de Prada, Dior, Blumarine, Manolo Blahnik, Balenciaga Jimmy Choo... aparecen continuamente en las estanterías de cualquiera de las múltiples marcas de la empresa. Incluidas las secciones de hombres y niños. Ahí radica el secreto de su éxito, aseguran los expertos en moda y en márketing. La democratización de la moda, como algunos han denominado este fenómeno. O que el boom del 'low cost' también entiende de tendencias.

El mismísimo traje de Armani que doña Letizia lució en su pedida se podía adquirir en cualquiera de las tiendas de Zara solo un par de días después. Eso sí, en lugar de crepe de seda era de rayón 100% y con dos botones en lugar de tres con un poco más de escote. El resto del patrón cambiaba poco. El precio era lo más llamativo: en lugar de los 2.100 euros que pedían en la tienda oficial del diseñador italiano, en la cadena española salía por unos 124 euros. Las cajas registradoras echaban humo.

Los datos hablan e Inditex se ha situado entre las cincuenta compañías con mejor reputación del mundo, según un estudio del Reputation Institute (RI). Sin olvidar su facturación, un 68% más durante el primer semestre de 2010 gracias al impulso del mercado europeo o su asalto a las ventas 'on line'. La multinacional textil está más viva que nunca. Y curiosamente los bloggers de medio mundo dan fe de ello remitiendo continuamente a sus colecciones. Salvo, claro está, Michèle K., Louise Ebel y Betty Autier, contra las que se acaba de estampar Inditex.