Al PP no le gusta 'La República'

Casi cuatro millones de espectadores se han enganchado a la nueva serie de TVE sobre la República, una historia de lucha entre jornaleros y señoritos, políticos de uno y otro bando y pasiones que no entienden de clases. La nueva ficción de la cadena pública es uno de los estrenos mayúsculos de la temporada y la segunda opción en el ‘prime time’ de los lunes (la primera es ‘El Barco’, en Antena 3).

A pesar de las envidiables cifras de audiencia, ‘14 de abril. La República’ no ha gustado a todos. En el seno del PP se quejan de que la serie viene a «dar vueltas a lo mismo». Y lo mismo es «la Guerra Civil, el Franquismo...». Hace dos meses advirtieron al presidente de la Corporación de RTVE, Alberto Oliart, de que «el canal Internacional sólo emitía contenidos en esta dirección». El estreno, hace dos semanas, de la nueva serie ha sido la ‘guinda’.

Las críticas nacen del blog del diputado por Zaragoza y portavoz en la Comisión de Control de RTVE, Ramón Moreno, que denuncia que algunas de las frases que se escuchan en la serie parecen sacadas de «un mitin del PSOE». «‘Votaré a la izquierda porque de ella depende el futuro de este país y de mis hijos’, ‘Todos sabemos que la derecha solo atenderá los derechos de unos pocos, por eso soy miembro del Partido Socialista’. No me he vuelto loco ni tampoco son frases tomadas de un mitin del PSOE en el que encajarían como un guante dialéctico, tan falso como subjetivo (...). Se trata de palabras pronunciadas en ‘La República’».

«Historia a la carta»

Así arranca el ‘post’ titulado ‘República hasta en la sopa’ que Moreno publicó hace unos días y en el que llama la atención sobre «la fijación de los responsables de TVE por la República y la Guerra Civil». «Ambientar buena parte de la oferta de ficción en esos periodos no es ingenuo ni casual», dice el autor en referencia a la ya finalizada ‘La Señora’, ‘Amar en tiempos revueltos’, ‘Cuéntame’... «Está bien que se haga una serie de esa época, pero ¿todas? Están encasillando a TVE y demostrando una falta de creatividad». Y va más allá con la crítica: «El sesgo monocolor denota un obstinado interés por recrear la historia a la carta, a gusto del mensajero que coloca su mensaje con el paraguas de una serie televisiva que no tiene por qué ajustarse al rigor histórico y se ampara en la libre interpretación de la época». Insiste Moreno en que «una televisión pública moderna debería desembarazarse de todos los fantasmas, de clichés ideológicos, de caspa revisionista» y no descarta pedir explicaciones a Oliart en la sesión de control a RTVE de febrero.