EVOLUCIÓN DEL MERCADO INMOBILIARIO

"Yo sí pude vender mi piso"

En marzo se hicieron 986 operaciones de compra-venta, diez menos que el año pasado

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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La actual situación económica y la negativa de los bancos a conceder créditos dificultan el cierre de los tratos

Dicen que la paciencia es la madre de la ciencia y precisamente paciencia es lo que tuvieron que tener los gaditanos que finalmente, y a pesar de los impedimentos que marcaba la crisis económica, han podido vender sus hogares. Según los últimos informes hechos público por el Ministerio de Vivienda, el mercado inmobiliario está manteniendo su estabilidad, de hecho en durante el pasado mes de marzo se vendieron en Cádiz 968 casas, sólo diez menos que el mismo mes del ejercicio anterior.

No ha sido un trabajo fácil para la mayoría de ellos ya que la difícil situación financiera, unida a la negativa de los bancos a conceder créditos, dificultan en su mayoría que se lleguen a cerrar los tratos.

Actualmente,la página web de pisos.com tiene a disposición de todo aquél que quiera adquirir una vivienda, más de 8.400 casas en toda la provincia y unas 400 sólo en la capital. La mayoría de la oferta en Cádiz se concentra en el casco antiguo y la zona de la Avenida, a la altura de Ana de Viya.

Los especialistas en este campo, los agentes inmobiliarios, recomiendan a los vendedores tener constancia ante todo y, en segundo lugar, que les libertad para poder hacer su trabajo.

Estos dos consejos también son aplicables a la otra parta contratante, los compradores, a lo que añaden que no descarten ningún piso a la hora de ir a verlo, ya que nunca se sabe con qué se puede encontrar uno.

El resto ya son los pequeños trucos que se le ocurre a cada vendedor para hacer más atractiva su venta, como convocar las visitas a primera hora de la tarde, al ser el momento en el que hay más luz en su interior, abrir las ventanas para que las habitaciones estén ventiladas o recurrir a la publicidad, ya sea con el tradicional cartel de ‘se vende’ o a través de las páginas webs.

Rosario Calvo Calle García Carrera. 90 m2, 3 habitaciones (186.300 €)

«Después de pagar a todos, sólo me quedaron 3.000 euros»

En el número 2 de García Carrera se llevó colgado el cartel de ‘se vende’ más de tres años, aunque de forma intermitente. Para su ex propietaria, Rosario, una viuda que ahora vive en la calle de al lado con su hija y su nieto, el tiempo corría en su contra ya que el embargo de la vivienda tenía fecha de entrada: el 9 de febrero.

El piso en el que había vivido cerca de 20 años, con más de 90 metros cuadrados –distribuidos en tres habitaciones, baño, salón y cocina reformada– salía al mercado en 2007 con un precio inicial de 52 millones de las antiguas pesetas, 312,500 euros. Muchos interesados desfilaron y contemplaron la vivienda pero a pesar de decir estar convencidos la respuesta se quedaban en el clásico: «Ya le llamaremos». Rosario decidió bajar el precio, primero a 42 millones de pesetas y luego a 41. Aunque seguía sin compradores.

Los recibos de la hipoteca aumentaban y la pensión de viudedad no alcanzaba para «pagar los picos» por lo que la paciencia disminuía, mientras la presión aumentaba. Una hipoteca que ascendió a 27.000 euros, de los 22.000 que estaba pagando antes de que la crisis llegara.

Finalmente, apareció una pareja joven que se lo quedó por 186.300 euros. Después de pagar la hipoteca, a los abogados, y dar su parte a la inmobiliaria que les ayudó a venderlo, tan sólo le quedaron 3.000 euros que repartió entre sus hijos. Además de la vivienda, la familia ha tenido que bajar el alquiler de una tienda que tienen arrendada de 1.000 euros mensuales a 700 euros.

Antonio Rivas Calle Pasquín. 60 m2, 3 habitaciones, planta baja (114.200 €)

«La crisis me ha obligado a rebajarlo más de 20 millones»

Antonio Rivas no tenía la misma prisa a la hora de vender dos pisos que tenía en la calle Pasquín, en pleno barrio de La Viña. A sus 70 años, la motivación que le llevó a poner el cartel de ‘en venta’ fue la tranquilidad. «Gracias a Dios no tengo cargas, tengo mis negocios que me mantienen y no necesitaba estar pendiente de pagar las pólizas de créditos de estas dos viviendas». El primero de los pisos era un dúplex, ya que Antonio Rivas había unido un primero con la planta baja, mientras que el segundo de los pisos que vendió se situaba en una primera planta. Con un precio de salida de 38 millones de pesetas (228.384 euros), ambos se quedaron en el ‘stock’ de viviendas sin vender durante tres años. Finalmente, y con la ayuda de dos inmobiliarias, consiguió hacerlo, «con mucho trabajo», pero a costa de bajarlo hasta 19 y 18 millones respectivamente. Una rebaja de 20 millones a causa de la crisis.

Para Rivas las «personas que están esperando a que bajen los precios están muy equivocadas», aunque reconoce que si hubiera tenido 20 años menos hubiera empleado este tiempo en alquilarlos o esperar a que vinieran tiempos mejores. Es el precio de la tranquilidad y el descanso, «ya que ahora me acuesto tranquilo sin pensar en ninguno de los dos pisos».

Nicolás Cochero Avenida José León de Carranza. 120 m2, 3 dormitorios (324.500 €)

«Tuve que equilibrar mucho el precio con la oferta y la demanda»

Mejor suerte tuvo Nicolás Cochero que en apenas tres meses vendió su casa cercana a la plaza Jerez. Unos años antes una inmobiliaria le había tasado el piso en 420.708 euros, pero sabiendo como estaba el mercado decidió «hacer un equilibro con la oferta y la demanda del mercado actual y ponerle un precio de salida de 324.500 euros». Una pareja vio el piso y «antes de que se lo quitaran de las manos» se lo adjudicó ya que «era lo que estaban buscando». 120 metros cuadrados, tres habitaciones, dos cuartos de baño y un quinto con ascensor. El motivo de la venta no era otro que el de acercarse más a la familia, en concreto a su suegra que reside en una zona cercana al barrio de San José. El ambiente existente en la Plaza del árbol «ideal para los hijos» es lo que le motivó a cambiar su residencia. No pasaron más de tres meses desde la venta de su casa ya que «encontré a un propietario que tenía prisa por vender y me rebajó el precio de 360.600 euros a 324.500, casi lo mismo por lo que vendía la mía y de características similares más garaje».

Juana Orduña El Corralón. 38 m2, 2 dormitorios, tercer piso sin ascensor (117.200 €)

«Solo tardé dos meses en encontrar a un comprador»

Corto fue el tiempo que duró la venta también para Juana Orduña. Su piso, situado en el Corralón, apenas estuvo libre dos meses. La edad sumada a la falta de un ascensor que le obligaba a subir tres pisos de escaleras a diario motivaron a esta gaditana a emprender una mudanza «a pesar de dejar allí grandes recuerdos». El precio apenas se tocó, de 126.200 euros a 117.200 «porque siempre hay que aumentar la cifra un poco para no perder tanto en el regateo de la compra». Ahora ha cambiado el papel de vendedora por el de compradora ya que, a pesar de vivir en Chiclana, está «deseando encontrar una casa por la zona de Puerta Tierra», que es donde residen sus hijas «y poder volver a Cádiz», pero eso sí, «tiene que tener ascensor».

Jose Antonio Gutiérrez Calle Ecuador. 3 dormitorios, 2 cuartos de baño (228.400 €)

«La inmobiliaria se hizo cargo de todo, en seis meses vendí la casa»

Cuando a Jose Antonio Gutiérrez se le pregunta por el tiempo que tardó en vender su casa se sorprende de las dificultades que tienen el resto de vendedores gaditanos que estuvieron más de un año como media intentado deshacerse de sus hogares y, en la gran mayoría, de sus hipotecas.

«Aunque ha pasado un año desde que vendí mi casa, la verdad es que lo conseguí muy pronto». Junto a la calle Ecuador, cerca de los jardines de Varela, tan sólo estuvo colgado el cartel seis meses. Una pareja recién casada pagó 228.400 euros, después que se le rebajaran 48,000 euros por un piso con tres dormitorios, dos cuartos de baño, cocina y salón comedor. «Según me contó la propia inmobiliaria fue bastante gente a verlo para informarse, yo perferí mantenerme al margen y que fueran ellos los que se encargaran de llevar todo lo relacionado con la casa».