José Luis Ferris ha tratado siempre de eliminar algunos de los mitos que rodean a la figura de Miguel Hernández. :: LA VOZ
José Luis Ferris | Biógrafo de Miguel Hernández

«Nunca se recuperó de la muerte de su hijo»

Asegura que a pesar de todas las figuras que lo desdeñaron, Miguel Hernández siempre fue «un poeta generoso»José Luis Ferris Biógrafo de Miguel Hernández

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Novelista, poeta, ensayista, autor de relatos infantiles y profesor de Universidad. La poliédrica personalidad de José Luis Ferris tiene un nexo común y ese es Miguel Hernández, su paisano, el poeta de Orihuela y el eje sobre el que ha girado gran parte de su trayectoria literaria. 'Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta' (Madrid, Temas de Hoy, 2002; con edición ampliada y corregida en 2010) es una exhaustiva biografía que arroja luz sobre aspectos poco conocidos del autor de 'Nanas de la cebolla' al mismo tiempo que elimina varios mitos que la historiografía ha atribuido durante años a su figura. Esta tarde liderará una mesa redonda sobre Hernández en la Feria del Libro de Cádiz, en la que también estarán el escritor Juan Cobos Wilkins y el actor Liberto Rabal.

-Después de investigar y profundizar en la vida y obra de Miguel Hernández durante años, ¿qué es lo que más le fascina de su figura?

-Lo que llama la atención es que es un poeta que en sólo diez años de producción o menos hace un recorrido de una profundidad y depuración que la mayoría de autores necesitó más tiempo en conseguir. Pasó de lo barroco y gongorino a lo más elemental, una asombrosa sencillez, lo más difícil de conseguir en poesía. Además, sabe unir el arte y el compromiso. Pocos poetas han sido capaces de hacer una buena poesía comprometida. Él tiene metáforas complejas pero a la vez sus obras son comprendidas por todo el mundo. Eso no es fácil. Muchos, como Alberti, lo intentaron y sin embargo hicieron una poesía tan simple en un momento tan determinado de la Guerra Civil que los milicianos no la aceptaron porque no se consideraban tan estúpidos. Con esa conciliación del arte y el compromiso Miguel Hernández se gana una posición en la historia de la literatura. También es el gran poeta generoso. A pesar del daño que le hicieron muchos, que no entendieron su concepción de la vida, o criticaron su aspecto rudimentario y tosco, de hombre de pueblo, a todos les paga con la generosidad. Cuando murió Lorca, que quizás es quien más lo desdeñó, le hizo una elegía para quitarse el sombrero.

-¿Qué personas o vivencias influyeron en esta evolución de Hernández hacia una poesía más esencial?

-Miguel es una persona hambrienta de conocimientos. Tuvo una educación, en cierto modo, restringida, porque su padre lo quitó de estudiar cuando tenía 14 años, pero a pesar de todo, él cree plenamente en su talento. Era un superdotado. Así que busca, analiza, persigue a los clásicos y sigue la estela de la Generación del 27 a la que en principio intenta imitar, pero que luego pasa de largo. No obstante, hay figuras como Neruda o Aleixandre que son esenciales en el cambio de su poesía y de su visión de la vida. También Maruja Mayo y la Escuela de Vallecas le ayudan mucho.

-Ha intentado eliminar algunos mitos en torno a la figura del poeta como que era un hombre hecho a sí mismo, que se rebeló contra su destino o tuvo una formación autodidacta.

-Miguel sabe que es capaz de llegar a donde quiera, lo que pasa es que tuvo muchos obstáculos. De su familia (su padre no quiere que se dedique a escribir), su frustración al llegar de Madrid la primera vez sin que nadie le haya hecho caso, sus dificultades económicas y cuando consigue ser aceptado por unos (Neruda, Cossío), es rechazado por otros. Pero pese a todo, él se obstina en lo que quiere ser. Pero los tres mitos fundamentales que intento derribar son la pobreza de su familia, que no era tal, porque su padre era un hombre dedicado a la venta y compra de ganado; lo de que fuera autodidacta, porque tuvo diez años de formación, que era mucho en aquella época y por último, Miguel va a intentar quitarse de encima el mito del cabreo. Él está por encima de todo eso.

-Son famosísimas sus 'Nanas de la Cebolla', dedicadas a su segundo hijo, pero no tanto el poema 'Hijo de la luz y de la sombra', dedicado a su primer hijo, que falleció con tan sólo unos meses...

-A su hijo que murió le dedicó toda su obra porque en toda ella hay una referencia, una imagen. Tiene muchos poemas dedicados a su hijo muerto. Esa tristeza, nunca se la quitó del todo.

-¿Qué le parece más interesante de la última producción del poeta, en su etapa carcelaria, al borde la muerte?

-Pese a haber perdido una guerra, a pasar una depresión en prisión, a las presiones para que se detracte, no pierde la esperanza. 'Dejadme la esperanza' dice en una obra. Anima a los que están sufriendo por él y saca fuerzas de flaqueza.