Los talleres ultiman los detalles de los vestidos para que estén listos para la feria
FERIA DE ABRIL

El arte de los vestidos de gitana

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Si las máquinas de este taller hablasen no serían capaces de contabilizar las puntadas que han dado a lo largo de tantos años. María Dolores Díaz lleva 40 años pensando en la figura de la mujer por el Real de la feria y le ha dado vida a decenas de vestidos. Telas de todo tipo, perforado, popelín, satén, brocados, pero algunas se resisten al coser. "Lo más complicado es la gasa", asegura.

La complejidad de un traje no sólo está en la costura sino en los complementos que se añaden.

En los últimos días hay que remallar bien cada filo de los volantes y por último planchar todo el traje para lucirlo impecable.

Las pruebas finales son las más complicadas, no hay tiempo para fallos y las clientas tienen que quedar satisfechas. Y como toque final hay que elegir bien los complementos, una flor grande, acompañado de un mantoncillo dan mucha vida al vestido, en liso, con enredado o simplemente agarrados al cuello a modo de gargantilla.

Cuenta atrás y días de estrés, pero todo sea por sentirse única paseando por el Real.