Tribuna

SOS atún

DIPUTADO NACIONAL DEL PP POR CÁDIZ Actualizado: Guardar
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La ley de Murphy se cumple inexorablemente y el atún no es una excepción. Si ya el ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) lo puso muy difícil en su reunión de noviembre pasado en Brasil, al acordar una reducción de las capturas de un 40% con el fin de garantizar la sostenibilidad de la especie, ahora nos llega una amenaza muchísimo más grave al proponer algún país, como Mónaco, también los ecologistas y últimamente la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, que el atún rojo sea incluido en CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Esta inclusión significaría la prohibición de su comercialización internacional y sería el primer paso para que se deje de pescar, porque no sería rentable su pesca si no se puede exportar y por tanto desaparecerían para siempre las almadrabas, parte de la flota artesanal y toda su industria especializada. Decimos para siempre porque en CITES se puede saber cuando se entra, pero está demostrado que es casi imposible salir.

Desde el Partido Popular estamos totalmente en contra de esta posibilidad con argumentos más fundamentados que los que solicitan su entrada. Suponemos que serán los mismos que utilice nuestro gobierno en el importante y difícil papel que tiene de configurar una postura común, de todos los países que componen la UE, que sea contraria a la prohibición de la comercialización internacional del atún, que se debatirá el mes de marzo en Qatar. La presidencia española durante este semestre es una oportunidad de oro para lograr una postura contraria donde nuestra ministra de Medio Ambiente y Medio Marino debe fajarse y hacer valer los argumentos que contrarresten la temida petición que nos amenaza. La ministra debe desenmascarar los verdaderos intereses de Mónaco, que es un país que no pesca el atún ni tiene ninguna relación con él, salvo la posibilidad de sacar tajada, por empresas allí instaladas, que pueden obtener suculentos beneficios por estudios técnicos de seguimiento de la especie precisamente durante su inclusión en CITES. También tiene argumentos para acallar algunas voces ecologistas que, atendiendo ciegamente a su corazón verde, no actúan con la cabeza despejada para saber que van a condenar a la desaparición a un arte de pesca artesanal, ecológico y sostenible desde la época de los fenicios, que no persigue al atún y que nunca podrá esquilmarlo. Otras voces, también ecologistas, pueden tener el mismo interés que Mónaco.

Un argumento muy importante es que el ICCAT, basándose en datos científicos, implantó un Plan de Recuperación del atún rojo con vigencia hasta el año 2022, que se está cumpliendo y prueba de ello es el incremento paulatino de reducción propuesto después de cada evaluación anual de los 'stocks', que este año llega al 40%, cantidad considerada necesaria y suficiente para recuperar la especie. Si técnicamente hubiera considerado necesario aumentar el porcentaje o prohibir su captura, lo habría hecho. Desde el PP estamos totalmente a favor de tomar estas medidas para lograr la sostenibilidad de la especie, pero no de decisiones injustificadas que además esconden otros intereses o posturas tremendistas que no están basadas en datos rigurosos. También hay otras maneras de contribuir a la sostenibilidad de la especie y la principal sería combatiendo la pesca ilegal, cuyas capturas sin control pueden llegar a superar a la cantidad establecida. Esta pesca no declarada y no reglamentada duplica el esfuerzo pesquero y causa un daño enorme tanto a la especie como a la flota autorizada. A esa flota sí que habría que prohibirle la comercialización internacional y no a la que respeta las indicaciones del ICCAT. Estos argumentos serían muy importantes para que la ministra española los expusiera a los miembros de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo para que se manifiesten con propiedad y conocimiento de causa.

El atún rojo se pesca en grandes buques industriales al cerco, en pequeños barcos artesanales con caña o en palangre de superficie y en almadrabas, que es el arte más ancestral, selectivo y minoritario que nunca puede ser el causante de la sobreexplotación de la especie. También debe saberse que las cuatro únicas almadrabas que quedan en España se calan en Cádiz, en una comarca de las más deprimidas, con gran dependencia de la pesca y sin posibilidad de diversificación. Realmente puede considerarse una pesca de subsistencia sin alternativas en la pesca de otras especies ni en otras actividades. El daño que se le causaría sería irreversible y significaría su desaparición. Hasta ahora el ministerio y el gobierno español han tenido una postura muy tibia dejando a los demás que fueran consolidando posturas contrarias al mantenimiento de una actividad que provocará un daño económico y social muy grande y basado en una premisa falsa pues la especie del atún rojo no está técnicamente en peligro de extinción pues tiene vigente un Plan de recuperación amparado por el ICCAT.

Como se ve, nuestra ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino tiene argumentos para convencer a países que ni pescan el atún, ni les va ni les viene y puede perfectamente, dado que la postura de Europa la tomará la Comisión, incluir en el orden del día del próximo Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE a celebrar el próximo 22 de febrero, bajo presidencia española, el debate de este asunto para precisar cuál debe ser la posición que adopte la UE en defensa de la pesca artesanal y de la economía local de zonas de gran dependencia de la pesca. De la capacidad de gestión del Gobierno depende el éxito. Demos un margen de confianza y nuestro apoyo porque es mucho lo que nos jugamos.