EL MONUMENTO DEL CENTENARIO, PIEZA A PIEZA

Alegoría de la Constitución

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Es curioso que siendo por su significado el elemento más importante, sino el más atrayente del monumento a las Cortes, no hayamos hablado aún de la figura que representa la alegoría de la Constitución, aunque para algunos autores haga referencia a España. Se ha hecho así para no destacar la riqueza de un elemento particular y sí del conjunto.

Lo primero que nos llama la atención, detrás de este trono vacío y sobre un basamento, es la parte frontal, con el escudo de las Cortes y encima la palabra que simboliza a todo el monumento, la Constitución.

La escultura de mármol es una antigua matrona -en la antigua Roma tenía un papel de consultora legal en algunos temas- que esta vestida con una larga túnica. En la mano derecha sostiene las leyes y en la izquierda la espada, un símbolo de justicia universal. Hay que acercarse mucho para observar al escudo de la nación española, que está en el prendedor que recoge en el pecho los pliegues de su túnica.

Su cabello recogido y con una corona de laurel está cubierto por un casco rematado por una figurita que el bueno de don Mariano de Retegui confundió con un Sagrado Corazón de Jesús. Evidentemente la lejanía puede hacer ver lo que no es, pero es cierto que tiene un aire, a pesar de que los Sagrados Corazón tengan siempre el gesto de la mano derecha dando la bendición. Si la observamos de lado vemos la cola de su pelo recogido que le cae sobre su espalda. De nuevo nos fijamos en su rostro, sereno, firme, resolutivo como deben ser unas leyes.

Su figura forma el eje que configura todo el monumento y a partir de ella contemplamos el resto de la obra.