La vista, que continúa hoy, se celebra en la Audiencia Provincial de Jerez. :: CRISTÓBAL
Jerez

«Cuando cometí el delito consumía mucha droga y no era persona»

Ayer arrancó el juicio contra tres acusados de narcotráfico, uno de los cuales sí reconoció los hechos justificándolos en su toxicomanía

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Los intentos de las defensas no dieron resultado y pese a las continuas alegaciones y la deliberación posterior de la magistrada, finalmente el juicio contra tres individuos acusados de un delito contra la salud pública siguió su curso.

Ayer se celebró en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Jerez la primera sesión de la vista, que estuvo marcada por la insistencia de los letrados defensores, que intentaron por todos los medios que se declarara la nulidad de las escuchas telefónicas llevadas a cabo por la Guardia Civil sobre sus clientes y con ello se invalidaran también todas las imputaciones y no se desarrollara el juicio.

Sin embargo, la jueza Lourdes Marín decidió admitir las grabaciones y procedió a escuchar la declaración de los procesados. El primero de ellos, el madrileño A. V. S, es la persona que presuntamente actuó en junio de 2005 como correo transportando un kilo de cocaína desde la capital de España hasta Jerez, donde fue interceptado en la estación de autobuses por agentes de la Benemérita. Curiosamente, el acusado reconoció los hechos, aunque negó haber mantenido contacto alguno con los otros dos imputados.

Según su versión, fue un individuo que no figura en el proceso quien estando en Madrid le ofreció el negocio y él aceptó de inmediato dada su situación personal, sin entrar en más detalles y sin saber quién le estaba esperando en Jerez para recibir el paquete de droga.

«Cuando cometí el delito yo consumía mucho y en ese momento no eres persona -justificó-. El cerebro se colapsa y no ves la realidad. Antes de eso, yo no había cometido ningún otro delito, pero me pagaron con droga y era lo que yo necesitaba para mi consumo».

La defensa de A. V. S. orientó sus preguntas en este sentido, aludiendo continuamente a la condición de toxicómano por aquel entonces de su representado, que aseguró que en la actualidad ya no sufre esa dependencia. «Mi idea es tener una familia, encontrar trabajo y vivir... Estoy muy arrepentido».

Los otros dos se exculpan

Los otros dos procesados, por el contrario, negaron cualquier tipo de implicación en los hechos, asegurando que apenas si se conocían y que por supuesto nunca habían realizado actividades relacionadas con el narcotráfico. En el caso del jerezano M. A. C, al que se acusa de haber organizado el transporte trasladándose a Madrid para ultimar los detalles, desmintió que hubiera acudido a la capital por aquella fecha, como también afirmó no ser él la persona que supuestamente aparecía en las escuchas.

Sobre las preguntas de su alto poder adquisitivo, M. A. C. argumentó que con la venta ambulante llega a ganar hasta un millón de pesetas al mes, lo que dedica a «los gastos diarios de la familia». En cuanto al tercero en discordia, el madrileño C. F. O, que supuestamente conducía el vehículo que acudió a la estación a recoger al correo, también se desvinculó de la trama declarando que él sólo había ido al lugar en cuestión citado por M. A. C. para «tomar algo».

Hoy continuará el juicio con la reproducción de las escuchas telefónicas y la comparecencia de algunos testigos, tras lo que se procederá a los informes finales de las partes y el caso estará visto para sentencia. El Ministerio fiscal pide ocho años de prisión para cada uno de los imputados, por un delito contra la salud pública.