Rúcula. Grabado de la 'Armoracia rusticana'.
Sociedad

Las plantas proscritas

Verduras como la rúcula, el mastuerzo o la maca viven una época dorada por sus propiedades estimulantes tras haber sido perseguidas por la Inquisición

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La verdura que ahora conocemos como rúcula, que en los últimos años se ha convertido en ingrediente indispensable de muchas ensaladas, ha permanecido durante siglos en la 'lista negra' de la Inquisición. Y no es la única. Plantas como el mastuerzo, la maca, el amaranto e incluso la humilde achicoria fueron perseguidas por las autoridades religiosas debido a sus propiedades estimulantes o a los usos 'sacrílegos' que de ellas hacían los indígenas americanos.

Investigaciones realizadas por el profesor de la Universidad de Córdoba Esteban Hernández Bermejo han sacado a la luz que muchas de esas especies dejaron incluso de cultivarse debido a las 'recomendaciones' del Santo Oficio. «En España -cuenta el profesor- hemos recuperado hace pocos años la rúcula, que es el nombre italiano de una verdura que fue muy conocida en toda la península y que en español se llama oruga. En la época medieval se consumía mucho en ensaladas o como guarnición para carne y en todos los tratados de agricultura andalusíes se mencionan sus efectos levemente afrodisiacos. Fueron precisamente esas propiedades las que hicieron que fuese prohibida por la Inquisición; la planta dejó de cultivarse y se ha perdido hasta el nombre original, que hemos tenido que 'importar' de Italia».

No hay evidencias documentales explícitas de la persecución pero los textos de la época dejan poco margen a la duda. Gabriel Alonso de Herrera, capellán del cardenal Cisneros, hizo continuas referencias despectivas a las plantas 'sospechosas' en su Tratado de Agricultura General, un libro que publicó en 1513 y que tuvo una enorme influencia en la sociedad española (estuvo editándose hasta el siglo XIX). «Las alusiones negativas hacia determinadas plantas calaron tan hondo que han llegado incluso hasta nuestros días en forma de expresiones como 'me importa un bledo' (el bledo es una planta americana que se prohibió por razones religiosas) o 'mastuerzo', el nombre de una verdura que pasó a ser un insulto cuando empezó a estar mal vista por la jerarquía religiosa», explica Hernández Bermejo.

Tratados andalusíes

Los inquisidores, hombres de letras sin apenas contacto con el mundo natural, tenían unos conocimientos botánicos muy limitados. Casi todas sus decisiones tenían su origen en los tratados escritos por los horticultores andalusíes. El propio Alonso de Herrera, que residió en Granada durante diez años, buscó en ellos su inspiración a la hora de elaborar su libro.

Si las prohibiciones en la península tenían que ver la mayor parte de las veces con las propiedades afrodisiacas de las plantas, en el caso de América intervenían factores de orden religioso. «Una planta que los nativos cultivaban en enormes extensiones antes de la llegada de los españoles -dice el profesor Hernández Bermejo- era el huatli o bledo, cuyo grano se utilizaba para hacer unos pasteles con formas de dioses que se consumían en las ceremonias religiosas. La Inquisición interpretó que eran una especie de parodias de la comunión cristiana y prohibió la ceremonia, el consumo y el cultivo de la planta».

Hoy en día la multinacional Kellog's comercializa en América un cereal que tiene como principal ingrediente al inocente huatli, una planta que prácticamente desapareció tras su inclusión en la lista negra y que muchos consideran una alternativa al maíz porque se conforma con suelos mucho menos exigentes. En algunos de los tratados escritos en la época se calificaba de idólatras a los que la cultivaban y se censuraba abiertamente la «adoración» que los indígenas sentían hacia la planta.