ESPAÑA

Tres versiones exculpatorias y sin contradicciones

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García Hidalgo, Pamiés y el inspector de Vitoria declararon en secreto como imputados ante Baltasar Garzón a finales de 2008. Los tres reconocieron el tráfico de llamadas que, según los investigadores, probarían su implicación en el chivatazo, pero los tres dieron versiones exculpatorias sin contradicciones entre ellas. El trío fue llamado a declarar dos años y medio después de la delación, cuando ya se había convertido en un escándalo nacional y muchos detalles habían ya trascendido a la opinión pública. El jefe superior de Policía relató ante Garzón que el motivo de que un subordinado suyo destinado a terrorismo islámico en Vitoria estuviera en Irún, donde no había en marcha ninguna investigación antiyihadista, se debía a una orden suya. Aseguró que pidió a este agente, que por ser alavés no era conocido en Guipúzcoa, que le hiciera la «cobertura» y reconociera la frontera porque precisamente el día que se produjo el chivatazo Pamiés se iba a desplazar a Francia para encontrarse con un confidente de ETA.

En cuanto al intenso y no habitual tráfico de llamadas telefónicas entre Víctor García Hidalgo y Enrique Pamiés en las horas del aviso a Elosúa, ambos se limitaron a explicar que ese nivel de comunicación era el habitual en esos casos, sobre todo cuando había una operación antiterrorista en ciernes.