Mientras continúan las tareas de rescate, los saqueos y la violencia se han disprado en las calles de la capital haitiana./ Reuters
TRAGEDIA EN EL CARIBE

La ayuda empieza a llegar a los afectados aunque es difícil el acceso a la asistencia médica para los miles de heridos

El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba por unanimidad el envío de otros 3.500 'cascos azules'

PUERTO PRÍNCIPE/MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando se cumple una semana del devastador terremoto que ha reducido a escombros la capital de Haití, la desolación y los cadáveres que se amontonan en las calles o son enterrados en fosas comunes son el día a día que se vive en la 'zona cero' que ha dejado el seísmo. La ayuda humanitaria a los damnificados ya fluye con más intensidad después del inicial caos, aunque la magnitud de la tragedia hace aún difícil el acceso al agua, alimentos y asistencia médica para los miles de heridos. Además, según ha denunciado la Organización Mundial de la Salud, la falta de coordinación hace que la ayuda se esté acumulando en el aeropuerto de Puerto Príncipe.

Para paliar esta situación, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado por unanimidad el envío al país de otros 3.500 militares y policías que durante seis meses se sumarán a los casi 7.000 que la misión de estabilización del organismo internacional (MINUSTAH) tiene allí destacados. "Este envío contribuirá al mantenimiento de la paz y apoyará los esfuerzos para ayudar a la recuperación de Haití", ha señalado el presidente de turno del Consejo, el embajador chino Zhang Yesui, al término de la votación. El máximo órgano de decisiones del organismo internacional ha dado así luz verde a la propuesta que el lunes realizó el secretario general, Ban Ki-moon, que consideró a esas fuerzas necesarias para reforzar la seguridad y mejorar la distribución de la asistencia a Haití.

Un contingente tocado por la tragedia

El contingente militar de la misión de estabilización de la ONU en Haití (Minustah), que opera desde 2004 y está dirigido por el general brasileño Floriano Peixoto Vieira Neto, está integrado por 9.065 uniformados, de los que 7.031 proceden de diferentes ejércitos que participan en la misión y 2.034 policías, según la última actualización de la ONU. De ellos, 3.000 están destacados en Puerto Príncipe y encargados, junto a lo que queda de la Policía Nacional haitiana, de mantener la seguridad de la capital y escoltar a las organizaciones que distribuyen la asistencia humanitaria. También participan en esa misión, que está bajo el mandato global del guatemalteco Edmond Mulet, 488 civiles internacionales, 1.212 locales y 214 voluntarios.

En Minustah participan con fuerzas militares 18 países y con policías otros 41, entre los que están Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, El Salvador, España, EEUU, Ecuador, Francia, Guatemala, Perú y Uruguay, entre otros. El terremoto de hace una semana se ha cobrado la vida de 57 integrantes de Minustah: 37 militares, 7 policías, 8 civiles internacionales y 5 locales.

La portavoz de la oficina de coordinación humanitaria de la ONU, OCHA, Elizabeth Byrs, ha asegurado que "la logística está aumentando su potencia, aunque sigue siendo prioritario seguir salvando a los heridos que necesitan urgente asistencia médica". El número de equipos de rescate procedentes de numerosos países ha aumentado hasta los 52, con un total de 1.820 trabajadores y 175 perros especializados, y en la semana transcurrida desde que la tierra tembló han logrado sacar a 90 personas con vida de debajo de los escombros en Puerto Príncipe.

Byrs ha asegurado con convicción que sigue habiendo esperanza de encontrar a más supervivientes aunque es muy poco probable que una persona pueda sobrevivir sin agua durante siete días bajo los escombros. "Sí, absolutamente", contestaba cuando le preguntaban si todavía podrían ser rescatadas personas con vida: "El clima está siendo benigno y hay muchas bolsas de aire bajo los escombros", agregaba.

Situación "bajo control"

La portavoz de OCHA ha explicado que a partir de ahora muchos equipos de rescate han empezado a trasladarse al exterior de Puerto Príncipe, a otras ciudades que han sufrido fuertes destrucciones, como Leogane, con entre un 80 y un 90% de los edificios destruidos, Jacmel, con un 60% de destrucción, u otras como Gressier o Petit Goave. "Los equipos sólo pueden llegar a esas localidades en helicóptero, pues las carreteras están muy dañadas". El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha podido llegar, por primera vez, a los supervivientes que se encuentran fuera de la capital.

A pesar de los casos de pillaje y violencia que se han extendido por Puerto Príncipe como consecuencia de la desesperación de los supervivientes, Byrs ha señalado que "la situación está bajo control". "Hay pillajes, pero en general la situación está controlada. Los convoyes de distribución de ayuda van con escolta", ha apuntado, para recalcar que existe una gran coordinación entre la MINUSTAH, la fuerza de estabilización de la ONU, las fuerzas policiales haitianas, y las tropas estadounidenses que han llegado al país y que, controlan, entre otros, el aeropuerto de Puerto Príncipe.

Tanto Byrs como portavoces de otras agencias de la ONU han coincidido en desoír las voces críticas sobre las supuestas intenciones de Washington hacia Haití y por su fuerte presencia militar en el país caribeño. "La coordinación humanitaria la dirige la ONU, mientras que la logística es controlada por las fuerzas de EEUU", matizaba Byrs. "Trabajamos en estrecha colaboración con las fuerzas de EEUU y gracias a ellos funciona el aeropuerto de Puerto Príncipe, y debemos agradecérselo. Y además, ya han empezado a reparar el puerto".

Campamento para los damnificados

El Programa Mundial de Alimentos (PAM), que coordina la distribución de alimentos a los damnificados, ha explicado que ya se ha entregado comida a 270.000 personas. "Estamos muy bien coordinados con las autoridades locales, que trabajan con nosotros y gracias a ello hemos podido identificar 280 puntos de Puerto Príncipe donde hay gente concentrada que necesitaba alimentos", según la portavoz Emilia Casella. Y para paliar uno de los mayores problemas con que se topa la ayuda humanitaria, que es la falta de combustible, Casella ha anunciado que el domingo por la noche llegaron los primeros 40.000 litros de gasolina por tierra desde la vecina República Dominicana. "La estamos distribuyendo con camiones a la comunidad humanitaria, para que puedan seguir con la asistencia a las víctimas", agregaba.

La Organización Internacional de Migraciones (OIM), que coordina la asistencia en materia de refugio, ha identificado 106 puntos de concentración espontáneos donde la gente se ha instalado desde el terremoto. Además de repartir tiendas, mantas y material para cocinar, la OIM estudia la viabilidad de construir un campamento para 100.000 damnificados en Croix des Bouquets, para lo que cuenta con el apoyo del Gobierno haitiano y del Banco Interamericano de Desarrollo.