Antonio Brufau, presidente de Repsol, ha ratificado su gestión a pesar de las ausencias. :: REUTERS
Economia

Brufau rehúye la polémica

La ausencia de Luis del Rivero y sus socios en la petrolera evidencia la guerra que se vive en el órgano de gobierno de la compañía El presidente de Repsol opta por el silencio tras el desplante de los representantes de SacyrVallehermoso

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha evitado pronunciarse sobre la guerra de poder desatada en el seno de la petrolera para no crispar más los ánimos. El último capítulo de la confrontación se escribió el viernes al ausentarse los tres representantes de Sacyr, máximo accionista de la entidad (20%), de un consejo extraordinario convocado por el propio Brufau para ratificar su gestión. La reunión aprobó por unanimidad al presidente pero no sirvió, ni mucho menos, para acabar con la guerra abierta por el poder en la petrolera.

La ausencia de Luis del Rivero y sus socios en el consejo de Repsol, José Manuel Loureda y Juan Abelló, no hace sino elevar la tensión que se vive en el órgano de poder de la petrolera. Y es que la no presentación era, de todas las opciones (acudir y votar en contra o abstenerse), la más contundente. Todo un acto de indisciplina y una muestra clara de que el primer accionista de Repsol no quiere a Brufau como presidente.

El consejo sirvió también para que Brufau se apuntara un tanto, al lograr el apoyo expreso y sin ambages a su gestión de La Caixa, que es el segundo accionista de Repsol con un 14,7% del capital.

El 'prudente' Antonio Brufau participó en calidad de presidente del Club Español de la Energía en la Reunión Informal de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea (UE) celebrada en Sevilla. Sin embargo, tras su intervención introductoria abandonó la capital hispalense sin querer valorar el plantón de Sacyr. Fuentes de Repsol afirmaron que, en este momento, cualquier palabra de su presidente se malinterpretaría y sólo serviría para echar más gasolina al fuego cuando lo que se pretende es justo lo contrario, tranquilizar la situación.

Censura

El consejo de Repsol tampoco quiso sacar las cosas de quicio y se limitó a censurar «cuantas acciones pretendan desestabilizar a la compañía». Ni nombres ni insinuaciones a presentes o ausentes después de que en los últimos meses Antonio Brufau y algunas de sus decisiones más importantes (por ejemplo, el recorte en un 19% de los dividendos) hayan sido criticados tanto en público como en los mentideros económicos.

Por su parte, el Gobierno se mantiene a la expectativa y con una postura oficial de no intervención. «No opinamos de los problemas internos de las empresas», aseguró el ministro de Industria, Miguel Sebastián, también desde Sevilla.

Sin embargo, el Ejecutivo tiene claro que lo más importante es que la imagen de la petrolera no quede dañada.

Este es el último capítulo, por ahora, de la 'guerra abierta' de Repsol. Sacyr Vallehermoso considera que Brufau es un mal gestor y debe abandonar la presidencia, mientras que éste advierte de que Del Rivero sólo busca compensar con los dividendos de la compañía la situación financiera de su empresa.

Poco antes de convocar el consejo extraordinario, Brufau sondeó sin éxito el apoyo de Abelló y Demetrio Carceller, vicepresidente y consejero respectivamente de Sacyr, quienes respaldan a Del Rivero junto con Loureda.

El segundo mayor accionista de Repsol con 12,7% de su capital, La Caixa, se muestra favorable a un relevo ordenado de Brufau, por lo que a falta de un acuerdo ha ratificado de momento al presidente de la compañía.

Por su parte, el Gobierno desea 'el cese de las guerras personales en Repsol YPF' porque considera la petrolera una compañía estratégica y las divisiones entre sus accionistas sólo la debilitan, como se pudo comprobar en el intento de compra por parte de la estatal rusa Lukoil en 2008.