Más allá de los escáneres

Las declaraciones de José Blanco tras reunirse con su homólogo estadounidense y con la responsable de seguridad interior, Janet Napolitano, en la que anunció que la utilización de los escáneres corporales en los aeropuertos será «inevitable», fueron realizadas en su doble condición de ministro de Fomento y de responsable de turno del área durante la presidencia española de la UE. La apostilla posterior del presidente Rodríguez Zapatero, señalando que el uso del nuevo sistema debería ser acordado en el seno de la Unión, se contradice con el hecho de que algunos países europeos ya han decidido implantarlo. La presencia de Napolitano en un próximo encuentro en Toledo con los responsables de Interior de la UE permitirá clarificar posiciones. Pero no es bueno que el problema de la seguridad aérea se circunscriba a la discusión entre el sí o el no a los escáneres. Además de la inmediata destrucción de las imágenes obtenidas, propuesta por el ministro Blanco, debería considerarse que su uso indiscriminado puede resultar más ofensivo para la dignidad de los pasajeros que una utilización discriminatoria o aleatoria. Pero, sobre todo, es necesario que la discusión forme parte de una deliberación más general y efectiva sobre la seguridad aérea.