Rosa Torres y la esposa de Bernard Ruiz-Picasso, Almine, durante la presentación del plan de ampliación. :: EFE
Sociedad

El Museo Picasso amplía su colección para afianzarse en el circuito internacional

La institución malagueña compra a Bernard Ruiz-Picasso 72 obras sobre papel por 2,75 millones de euros

MÁLAGA. Actualizado: Guardar
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Incluso antes de nacer, el Museo Picasso Málaga (MPM) recibió el sobrenombre de 'museo de la familia' y en seis años el apodo va camino de adquirir tintes casi literales. Al menos en cuanto a la procedencia de las obras. Si entonces fue Christine Ruiz-Picasso, nuera del artista, la que realizó la principal donación de fondos (más de 150 piezas), ahora es su hijo Bernard quien toma el relevo. Y se trata de un relevo enjundioso.

El nieto de Pablo Ruiz Picasso está detrás del mayor incremento experimentado por la colección del MPM desde su apertura en octubre de 2003. El catálogo del museo malagueño pasa de 155 a 233 referencias y lo hace bajo tres fórmulas diferentes: donaciones, préstamos y adquisiciones. Y en las tres participa Bernard Ruiz-Picasso.

Si empezamos por la última variante, los rectores del MPM terminaron de deshojar ayer la margarita que tomaron hace un mes, cuando anunciaron la compra de 72 obras sin aclarar ni el cómo ni el cuánto ni el a quién. Todas esas preguntas han encontrado su respuesta y, en todos los casos, el asunto ha quedado en casa. En familia.

No en vano, las 72 piezas proceden de la colección de Bernard Ruiz-Picasso, presidente a su vez del Consejo Ejecutivo del MPM, máximo órgano de gobierno de la institución cultural. En cuanto a la inversión realizada, la compra se ha cerrado en 2,75 millones de euros. Y ya que estamos en tiempo de rebajas, la consejera de Cultura Rosa Torres apostilló que importe supone un recorte superior al 25%, respecto al valor estimado de las obras en el mercado.

La consejera también aclaró que el dinero ha salido de la reserva para adquisiciones con la que cuenta el MPM. Un fondo creado, en esencia, mediante las aportaciones económicas realizadas por Unicaja, principal patrocinador privado del museo. En este sentido, la consejera especificó que en el fondo de reserva «participan otras entidades, pero la aportación económica más fuerte la realiza Unicaja». Además, Torres apostilló que la compra de las 72 obras de arte «no agota» los ahorros del MPM.

La inversión

Eso en el apartado monetario. En cuanto a la faceta 'artística', el museo ha centrado sus adquisiciones en los trabajos sobre papel de Picasso. En concreto, el MPM incorpora a su colección 22 dibujos, 46 grabados y cuatro libros ilustrados, todos ellos procedentes de la colección de Bernard Ruiz-Picasso.

A la hora de argumentar los motivos que han llevado a la institución ha orientar su compra en este ámbito, Torres defendió: «La obra sobre papel requiere un cambio periódico en su exhibición y es conveniente que el Museo Picasso Málaga tenga este tipo de obra». De este modo, la institución podrá cambiar con frecuencia su propuesta.

A ese motivo añadió otro el propio Bernard Ruiz-Picasso: el hecho de que una colección más amplia permitirá al MPM jugar más y mejores bazas en el circuito museístico internacional. Es decir, cuantas más obras pueda prestar el museo malagueño, más piezas llegarán como contrapartida al Palacio de Buenavista. Así, Bernard Ruiz-Picasso sostuvo ayer que las nuevas aportaciones dan como resultado «un MuseoPicasso Málaga con más capacidades».

Un discurso casi idéntico planteó el director artístico del MPM José Lebrero. «Estas nuevas incorporaciones nos permiten ser más ágiles en cuanto a los préstamos con otras instituciones», remachó Lebrero. Y para corroborarlo, adelantó que el MPM ya cuenta con peticiones de distintos centros de Portugal, Estados Unidos y Alemania interesados en obras de Picasso del tipo de las que ahora se suman al catálogo de la institución.

«Esa capacidad de dialogar con otros museos me parece muy relevante», resumió Lebrero, consciente de la importancia del 'quid pro quo' en el panorama expositivo. Una práctica que cobra más vigencia si cabe en el panorama actual, con muchas instituciones coproduciendo proyectos en virtud de sus presupuestos menguantes.

En ese escenario internacional, el MPM busca un protagonismo creciente de la mano de una colección también en expansión. Porque la presentación de ayer dejó otra noticia relevante: la concreción de algunos de los títulos que componen el nuevo préstamo al MPM de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (FABA).

Fue la propia Almine Ruiz-Picasso, en su primera comparecencia pública de este tipo, la que adelantó que 14 de las obras más emblemáticas de la colección del MPM permanecerán 15 años más en el Palacio de Buenavista. Entre ellas, la esposa de Bernard Ruiz-Picasso citó 'Olga Kokhlova con mantilla' (1917), 'Retrato de Paulo con gorro blanco' (1923), 'Madre y niño' (1921-1922) o las esculturas 'Cabeza de mujer (Fernande)' (1906) y 'Bañista jugando' (1958).

Para la consejera de Cultura, se trata de obras «imposibles de adquirir en el mercado». Tanto es así, que una tasación realizada a finales del año pasado cuantifica el precio conjunto de estas creaciones en 301 millones de euros, tal y como aportó ayer Rosa Torres.