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La crisis congela la factura familiar del próximo año

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En tiempos de crisis y una vez agotadas las fórmulas de economía social y sostenible toca tirar del manual de supervivencia. Tal vez algunos piensen que evitar los cambios es como vestir a un santo para desvestir a otro. Pero es la última medida a la desesperada para que el consumo no se desplome por completo y no ha sido necesaria ninguna política establecida, son los mecanismos naturales de la propia economía. Unas por otras, las clásicas subidas del primero de enero se quedan congeladas dado el estado del bolsillo. Empezando por la cesta de la compra y terminando por la factura de la luz y el precio de la gasolina, los gaditanos apenas notarán cambios en su factura mensual de gastos básicos, que se lleva una media de 663 euros mensuales.

Dada la cantidad, claro está que no se incluye la hipoteca. Pero es curioso que son apenas cuatro euros más que el desembolso fijo del año pasado, si se toman como referencia los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares publicada en la página web del INEeste mismo mes.

La principal causa de la congelación de la factura es la caída escalonada del IPC a lo largo de este año. La leve remontada de noviembre no ha servido para que la cesta de la compra cueste hoy un 6% menos que la misma semana del año pasado, lo que supone un ahorro de 25 euros en la factura mensual. Los productos de primera necesidad son los que han sufrido el mayor descenso. Una caída que no ha encontrado colchón en el que amortiguar con la subida del vacuno y la fruta. Llama la atención cómo la leche, que vale hoy un 9% menos que hace un año, lidera la lista de productos baratos junto al pollo, el pan o el aceite. Este último ha registrado una caída del 9% y baja de los tres euros, un valor que no tenía desde hace años, según los datos recabados del Observatorio de Precios que publica en su portal de Internet el Ministerio de Industria.

Lo que no se ha librado de la subida correspondiente es el recibo de la luz. Tras los fallos de facturación del pasado enero, que obligaron a la Junta a dar un toque de atención a las compañías, y la liberación del sector todo parecía indicar que el importe no variaría demasiado, pero los gaditanos se encontrarán una subida del 2,6%, que es la general y aplicable a la provincia que no tiene más tarifas reducidas que cualquier otra.

El encarecimiento del suministro supone unos tres euros más al mes que tendrán que sumarse a la escalada de los combustibles –la verdadera razón del dato positivo del IPCde noviembre– y a la del teléfono. Las tres salen al mes por 26 euros más que el año anterior, los mismos que la familia ha empezado a ahorrar ya en la cesta de la compra.

Sube la luz y se estanca el gas

Precisamente el Ministerio de Industria anunciaba hace justo una semana la subida de la luz y confirmaba la congelación de la tarifa del gas natural para principios de este año, que dan una tregua al bolsillo. Sin embargo aún está por desvelar qué pasará con la bombona de butano cuyo precio se revisa trimestralmente y ya sufrió una bajada el pasado mes de septiembre.

Pero el transporte público también sufrirá una subida importante. La renovación de la flota de trenes de media distancia ha encarecido el billete un 6%, mientras que el AVE subirá un 4% a la recaudación, que vendrá a sufragar una mínima parte del gasto que supone la ampliación de la red de alta velocidad, que finalmente llegará a Cádiz en 2012.

Las líneas de autobuses urbanos de los municipios también sufrirán un aumento. Por lo pronto, el Ayuntamiento de Cádiz ya ha anunciado que el billete simple pasará de los 98 céntimos a un euro, un 2% más que estará, con otra seguridad, por encima del IPC, dado el comportamiento que ha tenido este índice durante el último semestre.

Hay que coger menos el coche

Lo que sí ha resultado una verdadera sorpresa que aún está por confirmar es la congelación de la tarifa de los peajes, cosa que no pasaba desde 2002. El de la autopista AP-4 que une Cádiz y Sevilla y gestiona Aumar cuesta 5,95 euros por recorrido y el último mensaje de las empresas concesionarias decía que se quedaría igual, pero aún no han hecho el anuncio oficial.

Este ahorro en peaje, de ser cierto, apenas se nota cuando vuelve a subir el combustible. Hoy el litro de gasolina de 95 octanos, las más utilizada por los gaditanos, vale una media de 1,15 euros, un 22% más que la última semana del 2008, según el Observatorio de Precios del Ministerio de Industria. En los vehículos de motor diesel la subida es menor, de 0,82 por litro pasa a 0,9, lo que supone un 11% más.

Un respiro en la hipoteca

Más allá de los gastos fijos, lo que decide realmente la economía de una familia es la cuota hipotecaria. En este aspecto, el próximo año sí que vendrá con un importante ahorro dado el descalabro del Euríbor desde el pasado mes de abril cuando se quedó en torno al 1,77%. Diciembre cerrará en 1,24%, lo que supone para una hipoteca media de 120.000 euros a 20 años que le toque revisión anual este mes, una bajada de 130 euros.

Tal como se ha comportando este indicador, todo hace prever que durante los primeros meses del año se va a estancar. Con esta previsión, la cuesta de enero será más suave, dada la timidez de las compras navideñas en el segundo año de la crisis. Pero no conviene confiarse. La recuperación prevista de los precios y la subida del valor del petróleo influirán para que el índice hipotecario sufra una leve remontada durante el primer trimestre de 2010.

El cigarro cuesta caro

El endurecimiento de la ley antitabaco se plantea justo cuando empiezan a subir los precios. Tanto del cigarrillo rubio como del negro. Hace justo un año el cartón de diez unidades venía a salir a 27 euros, si era de los primeros o a 22,8, de los segundos. Durante la última semana del año el mismo cartón cuesta 32 euros o 27 de media si es uno u otro.

Esta subida supone un aumento del 16%. Pero ¿desde cuándo se paga más caro el vicio? Justo desde mediados de año, fecha en la que el Gobierno revisó el impuesto de lujo de este producto, junto con el del combustible, con el fin de mejorar la recaudación. El objetivo era doble: desincentivar el consumo y mejorar la situación de ahorro del Estado.

Echas las cuentas, uno por otro, la economía, para el que la tiene, cambiará poco a primeros de año.