Abel Xavier protesta al árbitro en un partido con la selección portuguesa. :: EFE
LA PRÓRROGA

Abel Xavier abraza el Islam

El que fuera jugador del Oviedo se retira del fútbol a los 37 años y pasa a llamarse Faisal

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Nació en Mozambique, fue internacional con la selección portuguesa y jugó con equipos de ocho países. Ahora profundiza en su multiculturalidad con su conversión al Islam. El defensa Abel Xavier, que vistió la camiseta del Oviedo durante dos temporadas, pone fin a su periplo deportivo y comienza su vida como musulmán. El zaguero de origen africano inicia su transformación con un cambio de identidad. Abel Luís da Silva Costa Xavier pasa a ser conocido en su entorno como Faisal, nombre de origen árabe que se traduciría como 'resuelto' o 'decidido' y que asume por recomendación del jeque Taleb Al-Qasimi, su consejero espiritual.

Hizo pública su nueva fe en una rueda de prensa en el estadio Ras Al Khaimah de los Emiratos Árabes Unidos, ante la familia real de aquella federación arábiga. El futbolista, que se vistió de corto por última vez en Los Ángeles Galaxy, comenzó a familiarizarse con el islamismo durante su estancia en el Galatasaray turco, hace ahora seis años. Su paso por Estambul le permitió ir descubriendo, «lentamente, una religión que profesa paz, igualdad, libertad y esperanza». Además, añade, el Islam le ha aportado «consuelo en momentos de pena».

Abel Xavier o Faisal deja atrás una larga estela como futbolista. Nació hace 37 años en Nampula, una ciudad mozambiqueña de 130.000 habitantes. Con dieciocho años debutó con el Estela da Amadora portugués, que le mantuvo en sus filas durante tres temporadas. El Benfica puso sus ojos en él y el club lisboeta lo incorporó a su plantilla. Cambió de club, de liga y de país para proseguir su carrera en la Serie A italiana con el Bari, pero al cabo de una temporada el Oviedo se hizo con su ficha, bajo la presidencia de Eugenio Prieto. Con el club azul en Primera División comenzó a despuntar. Disputó dos campañas y 58 partidos oficiales, como lateral derecho o como central.

Desde Asturias emigró a Holanda, aunque su rendimiento en el PSV Eindhoven fue escaso, ya que en trece meses sólo jugó siete encuentros. La 'Premier League' lo convirtió en un jugador cotizado. Vivió el fútbol inglés durante cinco años, tres en el Everton y dos en el Liverpool, que pagó por él 1,2 millones de euros para incorporarlo en el mercado de invierno de 2002.

El club de Anfield amplió el negocio al venderlo al Galatasaray por un millón y medio de euros, aunque en Turquía le estuvo vetada la titularidad. Fue una temporada dura para él, pero allí «descubrí la religión de Mahoma y gracias a ella salvé desde entonces varios momentos malos de mi vida», aseguró.

Su carrera no estaba aún acabada y con 32 años se marchó a la Bundesliga para jugar cinco meses y cinco partidos con el Hannover.

Aún le quedaba otra media temporada en la Roma y una campaña y media en el Middlesbrough, donde una acusación de usar esteroides le acarreó una suspensión de año y medio, que se vio reducida finalmente a un año. Su última etapa como futbolista la vivió en el millonario Galaxy californiano, donde compartió equipo con el inglés David Beckham.

Abel Xavier, que aparte de por su fútbol se ha hecho notar por sus creativos teñidos y peinados, cuelga las botas con buenos números: 219 encuentros oficiales, cinco goles (dos en partidos clasificatorios para la Eurocopa, dos en la Premier y uno en Liga de Campeones), 37 tarjetas amarillas, cuatro expulsiones y veinte encuentros como internacional. Con Portugal a punto estuvo de alcanzar la final de la Eurocopa de 2000. Un penalti cometido por él mismo y ejecutado por Zinedine Zidane en los minutos finales de la prórroga premió a Francia con la final y castigó a los ibéricos con el regreso a casa.

Ahora quiere hacer cine en Hollywood y contribuir al desarrollo de África a través de alguna ONG. Confía en que su nueva fe ilumine su camino.