Editorial

Liderazgo a preservar

La presidencia de la CEOE merece respeto de sus interlocutores y del propio Díaz Ferrán

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La decisión de Gerardo Díaz Ferrán de continuar al frente de la CEOE, visto el respaldo del que goza por parte de su comisión ejecutiva, resulta irreprochable, tal y como lo han manifestado las principales fuerzas políticas y el propio Gobierno, ante la evasiva reacción de las centrales sindicales. El respeto a las decisiones que adopte la organización empresarial en cuanto a la designación y mantenimiento de las personas que ostentan la máxima responsabilidad en su seno constituye el requisito mínimo sobre el que ha de asentarse el propio diálogo social. Pero no deja de ser curioso que haya sido la suspensión judicial de las actividades de Air Comet lo que ha suscita la reacción comprensiva hacia Díaz Ferrán por parte de quienes, especialmente desde el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, habían sugerido dudas públicas sobre la solvencia empresarial de quienes representaban a la patronal. No sería extraño que, junto a la formal discreción ante los avatares que atraviesa el presidente de la CEOE, haya quien, desde el otro lado de la mesa, prefiera como interlocutor para la reanudación del citado diálogo social a un empresario en dificultades. Es algo que sin duda preocupa en la patronal y al propio Díaz Ferrán. Pero tanto los sindicatos como por supuesto el Gobierno, que durante el pasado verano mantuvo una relación especialmente enconada con la dirección de la CEOE, deberían dejar claro que su formal reconocimiento respecto a quien es presidente de los empresarios no puede alentar el doble juego o el ventajismo de cara a las negociaciones de 2010. Porque si la continuidad del máximo responsable de Air Comet al frente de la confederación empresarial pudiera resultar problemática, más perjudicial sería cualquier maniobra de desestabilización de la patronal urdida desde fuera de sus estructuras. En cualquier caso, la comparecencia pública con la que Díaz Ferrán quiso ayer zanjar las dudas sobre su futuro próximo dejó en el aire una frase deplorable -«Yo no habría elegido Air Comet para volar a ningún sitio»-. Una frase de la que debería retractarse si no quiere que el tono de suficiencia que refleja se interprete como señal de que él mismo no respeta el liderazgo empresarial que ejerce.