Ciudadanos

Un conductor muere en Villamartín al desplomarse un puente por la lluvia

El fallecido, de 75 años de edad, fue arrastrado en el interior de su vehículo al fondo del río Guadalete por la crecida del cauce

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El suelo del puente cedió de repente bajo las ruedas de su antiguo Ford Fiesta gris, y antes de que pudiera reaccionar, la riada de agua lo había tirado hasta el fondo del cauce del Guadalete. Juan L. R, vecino de Villamartín y de 75 años de edad, murió así ahogado dentro de su propio coche, en un trágico accidente que marcó ayer la jornada de temporal de lluvia y viento que azotó la provincia de Cádiz, provocando cientos de inundaciones e incidentes.

El hijo de Juan L. R. tuvo la desgracia de ver el accidente desde la finca que la familia posee junto al puente, conocido como Pasada de Sevilla. Eran las 16.30 horas y el río Guadalete bajaba con una fuerza torrencial, crecido con las intensas lluvias. Había un camino alternativo para llegar a la finca, pero Juan L. R. decidió cruzar por el puente desde el polígono del Cementerio Norte de Villamartín. Según contaron a LA VOZ diversos testigos, el anciano intentó dar marcha atrás cuando se dio cuenta de que era imposible pasar por allí, pero ya era demasiado tarde: el torrente derribó el viaducto y el vehículo cayó en picado a dos metros de altura. Un vecino se arrojó al agua para intentar rescatar a Juan con vida, pero la fuerza de las aguas casi lo arrastraron a él. Una grúa que llegó a los pocos minutos, desde el cercano polígono industrial, logró evitar que la corriente se llevara el Ford Fiesta cauce abajo, hasta que los bomberos de Villamartín lo rescataron por fin. A pesar de la rapidez con que se organizó el rescate, no fue suficiente para salvar la vida del anciano, que salió ya muerto del vehículo.

El suceso fue el más grave de los cientos provocados ayer por el temporal de lluvias, que mantuvo en alerta naranja a toda la provincia de Cádiz. La tormenta cayó como una tromba desde bien entrada la madrugada y no cesó durante todo el día, acumulando hasta 86,9 litros por metro cuadrado en la Sierra y 22,4 litros en Vejer. Al cierre de esta edición, los bomberos realizaron un total de 145 intervenciones por toda la provincia, sobre todo, inundaciones en calles y viviendas, aparte de la retirada de árboles y cables tirados por el viento.

La comarca más afectada fue, sin duda, la Bahía de Cádiz, donde hubo 57 actuaciones de bomberos y se suspendieron los servicios de catamarán, que unen la capital con Rota y El Puerto. También se amarró toda la flota pesquera. Además del accidente que costó la vida a Juan L. R. en Villamartín, hubo otros accidentes, como el ocurrido a las 11 de la mañana en el kilómetro 647 de la A-4.

Cádiz

En la capital gaditana, la tormenta despertó a decenas de vecinos antes de que el reloj marcara las 5.30 horas de la madrugada, cuando los husillos comenzaron a escupir agua con heces. «¡Carmen, que se inunda el patio!». Con este grito se despertó una inquilina del número número 5 de la calle Feduchy, donde las aguas fecales alcanzaron los 10 centímetros de altura. Los vecinos -acostumbrados a que ocurra esto cada vez que llueve- habían tapado ya las puertas con tablas. La escena se repitió en al menos tres viviendas más a lo largo de la mañana, y en diversas calles. De hecho, los Bomberos tuvieron que intervenir en 19 ocasiones de una punta a otra de la ciudad. En el Centro se inundaron casas en las calles del Cristo de la Misericordia, María Arteaga, Cristóbal Colón y la citada de Feduchy. En la Laguna, el agua tomó la calle Velázquez y llegó hasta los bajos del estadio Carranza. Y en Cortadura, la entrada del colegio público Fuerte de Cortadura amaneció con una balsa de agua. El fuerte viento hizo también estragos, y causó la caída de un árbol de navidad del alumbrado extraordinario en la calle Benalup, según informó ayer el Ayuntamiento. También se desprendió una ventana en la avenida Cayetano del Toro y una farola en la calle Mesón, pero sin heridos. La lluvia causó un accidente de tráfico en la avenida Ana de Viya, donde un camión chocó contra el conductor de un ciclomotor, que resultó herido leve.

San Fernando

«Los isleños ya están escarmentados con el agua». Esta afirmación del Manuel López, presidente de la asociación de vecinos Casas Blancas -una de las más afectadas por las lluvias-, la comparten la mayoría de afectados por inundaciones de la ciudad. Ayer fue nuevamente un duro día de trabajo para los bomberos, que tuvieron que salir del parque de San Fernando hasta 17 veces para achicar agua. La mayoría de intervenciones se realizaron en plena calle, para evitar riadas, como en la avenida Pery Junquera o en la carretera de La Carraca. Excepto casos puntuales, las viviendas se salvaron esta vez, aunque se anegaron zonas de riesgos como el Buen Pastor, San Onofre, el Boquete o Mariana Pineda. «En esta ocasión no hemos tenido que lamentar los desperfectos de otras inundaciones; los vecinos ya están preparadas para evitar que entre el agua en sus casas», recordó Manuel López. «Uno no deja de mirar al cielo con el alma en vilo», aseguraba por su parte un vecino. La mayoría de actuaciones por achique tuvieron lugar en torno a las 9.00 horas. Aún así, las diferentes actuaciones municipales para la mejora del alcantarillado de la ciudad comienza a dar sus frutos y los cinco millones de euros invertidos han permitido que los vecinos puedan respirar más tranquilos. Sin embargo, las obras para realizar estas mejoras están causando otras molestias. Es el caso de las calles Galaxia y Artesano José María Silva, donde los trabajos han creado un barrizal que dificulta que el agua llegue a los husillos. Por ello los vecinos piden que se aligeren las obras para evitar que el agua y el barro se cuelen en sus viviendas.

El Puerto

El pico más alto de lluvia en El Puerto se registró a las diez de la mañana, con 151 litros por metro cuadrado. Una cantidad que, sumada a la de toda la noche y primeras horas del día, provocó inundaciones en las calles Aurora, Muñoz, Seca, Crucero Baleares, en el camino del Juncal y en el paseo marítimo de La Puntilla. La Policía Local intervino en un garaje de la calle Rana, en una vivienda de la calle Sierpes y en la Casa de la Cultura, sin que se produjeran incidencias graves. Protección Civil se encargó de la limpieza en la Cañada del Verdugo, para evitar las riadas de otros años. En el cruce de la avenida de los Descubrimientos con el camino de los Enamorados se produjeron algunos episodios problemáticos. «Una anciana tuvo que esperar metida en el supermercado alrededor de cuatro horas para cruzar y entrar en su casa, porque había un gran charco», recordaba ayer Elena López, vecina de la zona, que explicaba cómo su padre «los coches daban la vuelta porque el agua les tapaba las ruedas».

Jerez

La alerta por el temporal cumplió todos los pronósticos. Así, la lluvia empezó a caer con fuerza desde las dos de la madrugada. Tanta que en torno a las 13.30 horas ya se habían registrado unos 60 litros por metro cuadrado. Con el amanecer, el temporal había dejado calles anegadas, edificios inundados, árboles caídos y algunas carreteras por las que no se podía circular. No en vano, el Cuerpo de Bomberos de Jerez realizó una veintena de asistencias. Al contrario de lo que es habitual, el río Guadalete no se desbordó, y no hubo inundaciones en zonas sensibles como la barriada de La Liberación. Los mayores quebraderos de cabeza los sufrieron los padres y alumnos del colegio San Juan de Dios, que se llenó de agua por problemas en el alcantarillado: de los inodoros manaban agua, que corría por los pasillos y las clases. Aunque el colegio estuvo ayer oficialmente abierto, los alumnos no se quedaron. En la zona rural, las incidencias más destacadas fueron el derrumbe de parte del tejado del Hogar del Pensionista de El Torno y la caída de una torreta de la luz en Gibalbín.

Chiclana

Los bomberos se esmeraron ayer a fondo en Chiclana desde primeras horas de la mañana, cuando comenzaron a llegar los primeros avisos por inundaciones de lluvias. Eran las 7.00 horas de la mañana y ya se registraban al menos cuatro riadas en distintos puntos de la ciudad: la calle Capote, la barriada San Carlos, la calle Morfeo, y el Polígono Urbisur. La lluvia dio al menos dos horas de tregua, hasta que a las 9.00 horas, una nueva tromba de agua despertó las alarmas en el carril de la Granja y la calle Colonia. Los siniestros se repitieron horas después, sobre todo en las zonas rurales, como en el camino de la Avellana, el camino de la Cuesta, y la carretera de Malasnoches donde se crearon pequeñas lagunas. Los bomberos sólo tuvieron que achicar agua de una vivienda, en el camino del Arroyo La Carriona, aunque en total llevaron a cabo 19 intervenciones.

Sierra

Aunque la lluvia descargó más de 86 litros por metro cuadrado en las localidades de la Sierra, fueron las que menos incidentes registraron, aparte del accidente de Villamartín. Apenas hubo 13 actuaciones de bomberos entre Villamartín, Bornos, Ubrique, Olvera y Arcos, entre ellas el achique de varias viviendas.