Vuelve la Navidad

Fiel a su cita, la Navidad ha llegado con su magia, sus ritos y un montón de buenas intenciones. Por unos días; gaditanas y gaditanos, aparcamos el estrés y la crisis y le damos rienda suelta a la fantasía y a la generosidad dejados llevar por el dorado brillo del consumismo y el despilfarro. Las calles y los comercios se animan y la vida bulle por sus arterias de forma desenfadada en un ambiente entrañable con felices augurios.

Entregados a una tradición de siglos, los gaditanos hemos sido testigos como año tras año, las multinacionales y los grandes almacenes han cambiado radicalmente el mensaje navideño desvirtuando su sentido y razón de ser. Ya no vale el portal de Belén. Ni siquiera el mensaje. Hoy quien manda en la Navidad es la versión americana de Papa Noel imponiendo sus ideas, sus exornos, sus costumbres y hasta sus regalos.

Definitivamente, se han perdido aquellas Nochebuenas que encerraban esencias familiares, reconciliación y perdón. La noche de tu primera copa. De tu primer beso. De tu primer regalo. El último vestigio que se resiste en desaparecer es la cena familiar. Aunque ya no es, ni mucho menos, lo que era ¿Quién no recuerda aquel puchero calentito hecho por la madre?

¿Quién no echa de menos el Belén de su casa con modestas figuras? ¿O cuando tus vecinos llamaban a tu puerta para tomarse una copita con la familia y brindar juntos? No es nostalgia. Es erróneamente la sombra chinesca de un brutal capitalismo que todo lo destruye.