Editorial

Pasiones italianas

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El incremento de la popularidad de Silvio Berlusconi una semana después de la agresión confirma el extendido pronóstico de que las imágenes de su rostro ensangrentado generarían una corriente de simpatía hacia el presidente italiano. Pero el importante respaldo popular de Berlusconi no puede enmascarar el clima de sobreexcitación política que vive la península italiana con las pasiones desencadenadas mientras los expertos intentan desentrañar la relación entre el ambiente político y el atentado. Berlusconi se apresuró ayer a establecer la correspondencia entre los ataques de que ha sido objeto este año y el arrebato de un desequilibrado con vocación de héroe. Pero quizás la extrema personalización del poder por 'Il Cavaliere' también ha coadyuvado a concentrar en su persona toda la aversión y la frustración de sus adversarios políticos. Con todo, la política italiana requiere una urgente dosis de autocrítica y reflexión que le permita recuperar el sosiego delimitando el ámbito de la contienda tanto en los métodos de la oposición como en la administración por el poder de su mayoría electoral.