PAN Y CIRCO

Un tal Pep Guardiola

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Me mantengo al margen de las polémicas soberanistas sobre Cataluña. Simple y llanamente me dan igual. Por eso no entro a valorar la actitud de Joan Laporta, porque lo que piense sobre su región el presidente del Barcelona me importa un pepino, porque el tal Lapuerta poco o nada tiene que ver con el fútbol, pese a que presida un club.

Para eso ha puesto al mando del club al mejor director deportivo, al mejor entrenador, al mejor estratega, al mejor psicólogo y al que más sabe de fútbol. Como futbolista siempre fue grande, al lado de otros fenómenos como Laudrup, Romario o Koeman (para mí el mejor jugador que he visto, pues sólo él era capaz de recuperar un balón, ponerlo a 40 metros y luego lanzar la falta o el penalti correspondiente). Pero lo que está demostrando como entrenador supera todavía a lo exhibido sobre el césped. Más que nada porque en este universo del balompié donde lo que menos se habla es de fútbol, él, precisamente, sólo habla de fútbol. Como muestra un botón. El día del clásico daba gloria oirlo hablar sobre las instrucciones que le había dado a a Daniel Alves.

Lo que ya me deslumbra ha sido su apuesta por los canteranos. ¿Qué entrenador del mundo es capaz de hacerse con las riendas del equipo y apostar por un portero de la cantera? Perfectamente podía haber pedido mayores garantías para la meta. Por no hablar de su defensa de Puyol (bueno ése ya estaba), Busquets o Bojan. Encima, la suerte le ha acompañado porque está ganando todas las competiciones en las que juega su equipo.

Su último gran descubrimiento se llama Pedrito. Si algún Messi de la vida hubiese marcado en las seis competiciones seguramente los informativos estarían abriendo con esa noticia y tendría mayor trascendencia. Pero se llama Pedrito y no tiene un nombre mediático. Más bien lo conocen por el diminutivo.