El Gobierno pacta a izquierda y derecha y saca adelante cuatro leyes de una tacada

El Gobierno se apuntó ayer un éxito en el Congreso. Consiguió cerrar pactos con todos los grupos, excepto el PP y UPyD, y trenzó mayorías con distintos partidos para aprobar cuatro importantes leyes en una sola jornada. Para los socialistas fue el preámbulo ideal al cierre del período de sesiones, que se completará la semana próxima con la aprobación de los Presupuestos del Estado para el año próximo.

El grupo socialista agotó todas las combinaciones de la estrategia de geometría variable y demostró que aunque el Ejecutivo no tiene socios estables mantiene complicidades con la mayoría del arco parlamentario, unos vínculos que posibilitan que saque adelante sus apuestas políticas prioritarias. Los acuerdos, en unos casos con la izquierda, en otros con los nacionalistas y en dos ocasiones tanto con unos como con otros, permitieron a los socialistas derrotar todos los intentos del PP de bloquear los proyectos y reunir tres mayorías absolutas para dar luz verde a otras tantas leyes orgánicas.

Financiación

Los pactos lograron la aprobación de las leyes que aplicarán el nuevo sistema de financiación autonómica, establecerán una ley de plazos para la interrupción voluntaria del embarazo y blindarán el Concierto Económico vasco. El Ejecutivo también aprobó ayer, con la ayuda de los nacionalistas, la ley 'Ómnibus', que modifica 47 normas existentes y liberaliza las actividades del sector servicios, y sacó adelante asimismo, en este caso por unanimidad, la ley que permitirá decomisar bienes a delincuentes por orden judicial en toda la Unión Europea.

Para cambiar el sistema de financiación autonómica contó con el apoyo de la izquierda catalana, Esquerra Republicana e Iniciativa, de Coalición Canaria y con los dos votos determinantes de Unión del Pueblo Navarro y Nafarroa Bai.

La ley del aborto salió adelante con la ayuda de toda la izquierda parlamentaria y del PNV; y el blindaje del Concierto Económico vasco congregó el apoyo de todos los grupos, con el único rechazo de PP y UPyD.

Con la aprobación del blindaje del Concierto vasco se cumplió el pacto presupuestario alcanzado en octubre por PSOE y PNV, en el que los nacionalistas pusieron como condición indispensable que se reformase esa ley para que las normas fiscales de las diputaciones vascas sólo pudiesen ser recurridas ante el Tribunal Constitucional. La ley, que fue apoyada por el PP en el Parlamento vasco, recibió el voto en contra de los populares en el Congreso. La dirección nacional prohibió ayer a sus tres diputados vascos ausentarse del hemiciclo, como hicieron en protesta por el voto en contra de su grupo en la toma en consideración por el pleno. Uno de ellos, Alfonso Alonso, no pudo ser más claro: «La política es el arte de tragar sapos».

La ley que liberaliza las actividades del sector servicios se aprobó al gusto del Gobierno por los pelos y gracias al PNV, que cambió su 'no' del Senado por la abstención, y al BNG, que varió su abstención por un 'sí'. El debate estuvo rodeado de polémica porque varios miles de taxistas en huelga exigieron suprimir el artículo 21, ya que creen que provocará intrusismo profesional. El Ejecutivo se negó.

Los diputados socialistas y los nacionalistas gallegos, al final, sumaron 169 votos en contra de la retirada, y el PP y el resto de la oposición, 166 a favor.