Hielo en la cumbre

Cuando varios políticos se ponen de acuerdo es que se ha provocado algún malentendido entre ellos. La reunión entre presidentes autonómicos ha servido para que se conozcan mejor, pero no para llegar a un acuerdo sobre la crisis, quizá porque eso no estaba al alcance de sus disgregadas inteligencias. Jamás ha habido en España tantos presidentes, excepto los de las comunidades de vecinos. Todos tienen la obligación moral o inmoral de barrer para adentro, pero se están olvidando de la escoba, que no es de ninguno, sino del Gobierno. No se le puede negar que le han echado tiempo: más de diez horas estuvieron reunidos, lo que sin duda es suficiente para no llegar a ninguna conclusión. Se debatieron temas tan arduos como la economía y el empleo, pero hubo recetas múltiples para aplicárselas a los mismos males.

Se confirma que siempre es preferible un solo general mediocre que tres buenos, o que diecisiete buenos. Total, que a pesar del frío, sacaron las hipotéticas cabezas calientes y los pies helados. Quizá no fuera culpa suya, sino del mar de dudas que atravesamos: cada uno remaba por su cuenta corriente, en vez de ir en la misma dirección, pero quizá no era eso lo más grave, sino que algunos empleaban el remo no para bogar sino para darle en la cabeza a otros colegas.

¿Cuántos presidentes incapaces hacen falta para que la llamada Cumbre de presidentes sea incapaz de alcanzar ningún acuerdo ante la crisis? Tendrán que inventar otra y seguir tomando más café solo, mientras el pueblo sigue acumulando mala leche. Para que tanta gente haya llegado a la cima ha sido necesario rebajar las alturas. Hay demasiados 'sherpas' a los que se les ha concedido el carné de escaladores. Y además cada uno con su bandera y con su mástil.