San Fernando se echó anoche a la calle para reclamar sus derechos y exigir justicia ante la situación que vive el Consistorio isleÑO. :: F. JIMÉNEZ
SAN FERNANDO

Más de 2.000 ciudadanos se unen a la manifestación por el robo de 7,8 millones

Las irregularidades en el alcantarillado, la subida de impuestos y las inundaciones fueron también objeto de la masiva protesta

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El tintineo de una campanilla daba el toque de salida a una procesión de más de 2.000 personas que con pancartas, banderas, silbatos, y la fuerza de sus voces, volvieron a demostrar el temperamento de los isleños. La estampa motivada por el robo de 7,8 millones de euros de la Caja municipal, recordó a todos a la manifestación que llenó la Plaza del Rey por los despidos en el astillero de Navantia. Si bien los ciudadanos en esta ocasión exigían responsabilidades políticas por la sustracción de dinero público y con ello, la dimisión del alcalde isleño, Manuel María de Bernardo, de la delegada de Economía y Hacienda, Mercedes Espejo, y de la primera teniente de alcalde, Carmen Pedemonte, a quien también pidieron la ruptura del pacto político entre populares y andalucistas.

Tal y como estaba previsto el séquito salió de la plaza de la Glorieta cuando el reloj marcaba las 18:30 horas. Los manifestantes recorrieron las calles del centro solicitando a los ciudadanos que se unieran a la protesta. Algo que consiguieron, porque a medida que avanzaban, el pelotón se hacía más grande. Además como muestra de solidaridad con la convocatoria los comercios iban cerrando las puertas al paso de los protestantes.

La cercanía de las fiestas se sintió no sólo en las luces navideñas ya encendidas, sino que entre los cánticos que recitaban a coro, con la entonación de la lotería del niño preguntaban: «¿Dónde están los 7.800.000 euros?». El clamor del pueblo se sentía con fuerza por las calles Rosario y San Rafael, que se hacían estrechas para la muchedumbre que las recorría. «Ahora diréis que somos cinco o seis, alcalde dimite el pueblo no te admite, escucha La Isla está en la lucha» fueron algunas de las frases que imploraban, y con los brazos alzados amenazaban diciendo «manos arriba, esto es un atraco».

Situados ya en una Plaza de Rey abarrotada, los portavoces de la plataforma convocante dieron paso a la lectura de un manifiesto. Una mujer cogió el micrófono y asegurando que hablaba como ama de casa y ciudadana isleña sin color político dijo: «Por primera vez hemos escrito en mayúsculas la palabra ciudadano, dándole su verdadero significado. Hoy superamos el papel de súbditos al que algunos políticos de esta ciudad pretenden limitarnos». Así señalaron que el descontento ciudadano se acrecentaba a su vez con las irregularidades detectadas en el servicio de alcantarillado, la subida de impuestos o las últimas inundaciones, además de «la anarquía circulatoria, la caótica zona azul, el tranvía o las promesas incumplidas».