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Perdón

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Hombre, pues no es tan difícil, ¿no? Uno aparece en la tele, dice que lo siente, que cuando se hace humor pueden pasar estas cosas, y asunto arreglado. Pero no. La actitud de Wyoming y de La Sexta en el 'caso Tertsch' ha sido la contraria. Ni siquiera el truculento suceso de la agresión a Hermann Tertsch ha conmovido a la cadena de Roures. Vamos a ver: nadie está diciendo que haya una relación directa causa-efecto entre la sátira de Wyoming sobre Tertsch y la agresión sufrida por el periodista de Telemadrid. Pero es que la agresión física, desde el punto de vista de la ética televisiva, es un factor prescindible: aquí lo que hay es una sátira que consiste en poner en boca de un personaje deseos asesinos, y eso es inaceptable por mucho que Wyoming se empeñe en decir que era una broma. Caricaturizar un vicio es una práctica habitual del humorismo, pero caricaturizar a alguien atribuyéndole intenciones delictivas es algo que no se puede tolerar. En La Sexta deben de entender esto, porque se han puesto como una hidra con Telecinco por un quítame allá esos becarios. Y además hay otra parte del asunto, no desdeñable, que es la reacción del público de Wyoming. Es pavoroso leer los comentarios que sus fieles han ido dejando estos días en los foros de Internet. Mensaje común: Tertsch se merece lo que le ha pasado porque es un 'facha', a saber lo que estaba haciendo en ese bar a esas horas, es que no saben aguantar una broma, etc. Es decir que una importante porción de seguidores de Wyoming da por hecho que la agresión a Tertsch es producto de la crítica de 'El intermedio' y, además, a toda esa recua le parece fenomenal. Si el tipo de público que el programa de Wyoming ha creado es así, si éste es el talante de los hijos de 'El intermedio', entonces el Ministerio del Interior tendría que ir pensando en cerrar el programa, poner a Wyoming en lugar seguro y, después, recluir a sus espectadores en un campo de reeducación, quizás al estilo chino, porque esta gente es un auténtico peligro público. En nombre del humor se está estimulando la barbarie.