Ignasi Guardans participó ayer en Bilbao en unas jornadas profesionales con productores vascos. :: FERNANDO GÓMEZ
Sociedad

«Hasta Estados Unidos protege su cine»

Las ayudas públicas siguen paralizadas hasta que Bruselas dé el visto bueno a la Orden ministerial Ignasi Guardans, director general del ICAA, augura una «reordenación» en el sector

BILBAO. Actualizado: Guardar
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Cada comparecencia de Ignasi Guardans provoca que el mundo del cine contenga la respiración. Desde que el pasado mes de mayo asumiera la dirección general del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales, el ex eurodiputado de CiU se ha visto en el ojo del huracán a cuenta de la Orden Ministerial que desarrolla la Ley de Cine, aprobada el lejano 28 de diciembre de 2007. Dos centenares de profesionales del sector, entre ellos Fernando Trueba y Javier Rebollo, presentaron en Bruselas una reclamación por entender que su sistema de ayudas «pone su acento en el ámbito industrial y no en el cultural, vulnerando así los principios de diversidad y excepción cultural».

La Comisión atendió sus alegaciones y bloqueó la tramitación de la norma hasta pedir explicaciones al ministerio de Cultura. Al estar derogada la orden anterior tras la publicación de la actual en el BOE, todas las subvenciones para 2010, tanto las anticipadas como las automáticas (es decir, aquellas que se consiguen según la recaudación en taquilla), quedan anuladas al no existir soporte jurídico para su convocatoria. Una situación, en definitiva, que podría provocar la paralización de la industria durante un tiempo indefinido.

Guardans estuvo ayer en Bilbao invitado por la Asociación de Productores Vascos a unas jornadas profesionales sobre las TV-movies. Sin embargo, en el ambiente flotaba la inquietud por una norma que su valedor considera «aprobada y en vigor». Buen conocedor de la burocracia comunitaria, el director general de Cine sostiene que lo único que permanece en suspenso es el sistema de subvenciones. «La Prensa no ha informado con rigor jurídico. La Comisión Europea no está examinando una Orden ministerial, sino el sistema de ayudas públicas al cine; obviamente, si la Ley de 2007 se hubiera desarrollado antes no estaríamos en este limbo».

Según Guardans, Europa no paraliza nada. «Lo que hace es impedir que se otorguen ayudas públicas hasta recibir el visto bueno de la Comisión». Se necesitaría el plácet, explica, tanto si existiera Orden como si no. «No es cierta esa impresión que transmiten algunos medios de que ha habido una publicación incorrecta en el BOE sin esperar a Bruselas. Es más, la Comisión anima a los Estados miembros a preparar las ayudas, aunque no autorice el 'cheque'». Ahora sólo queda esperar una decisión que se tomará «muy pronto», según auguraba ayer en Bruselas la comisaria europea de la Competencia, Neelie Kroes.

Subvenciones selectivas

Para Guardans, la «denuncia legítima» de Cineastas contra la Orden asegurará un sistema de ayudas «blindado». «Si no hubiera habido críticas, no habríamos hecho reformas». Los cineastas rebeldes se quejan de que las pequeñas producciones ya no recibirán ayudas automáticas. «Nosotros entendemos que las subvenciones han de ser selectivas, justamente para distinguir si es un producto cultural o no. Es imposible saber si una película pequeña tiene valores artísticos si recibe una ayuda automática. No es verdad que se vaya a perjudicar al cine independiente o al más poético o difícil. Sólo que a partir de ahora se precisa una evaluación para distinguir el riesgo creativo de un 'thriller' de bajo presupuesto».

El director del ICAA tiene claro que el sector exige una reordenación. «Y no es una decisión política, sino una realidad». Dibujó un mundo donde el consumo audiovisual cada vez es mayor. Las 'ventanas' de explotación proliferan y se acortan los tiempos de explotación. Los móviles permiten ya ver películas. Un dato: el 20% de los televisores vendidos en Estados Unidos este año tienen acceso directo a Internet.

«Bilbao dejó de tener Altos Hornos, y no porque lo decidió un día un consejero de Industria», recordó Guardans. «Se puso las pilas y cambió porque el mundo donde estaba era distinto. Algo de eso está ocurriendo en la industria audiovisual. Con o sin ministerio de Cultura. Como entonces, habrá trabajadores que lo sentirán en sus carnes y empresarios en su cuenta de resultados». Para el máximo responsable de la política cinematográfica, reordenar no es reducir. «Vendrán distintos modelos de negocio, formatos y circuitos de distribución. No necesariamente hechos por las mismas personas, sobre todo si son incapaces de adaptarse a los tiempos. Cambiarán los protagonistas y triunfará el que sepa salirse de sus sinergias y esquemas analógicos. Nada en el cine será como hace diez años».

Guardans refrendó el apoyo de la Administración a las películas españolas sean grandes o pequeñas. Recordó que «hasta Estados Unidos» pone dinero público en Hollywood. «La gente no lo sabe, pero el Estado de Nueva York concede más de 200 millones de dólares en créditos fiscales».

El director general de Cine tenía la agenda apretada. De Bilbao partía a la carrera hacia San Sebastián, donde le esperaba el consejo de administración del Zinemaldia. Querían explicaciones sobre unas declaraciones al diario 'El País', en las que sugería un cambio de gestión en el festival y apostaba para que el escaparate del cine español fuera Málaga. Ayer lo aclaró. «San Sebastián no compite con nadie. Juega en una liga distinta al resto y es absurdo ponerle en la balanza con otro. Es el principal festival de cine internacional y lo seguirá siendo con el apoyo pleno del ministerio de Cultura. Al cien por cien».