Estocolmo entrega los Nobel más femeninos de la historia

Aunque todas las miradas están puestas en Oslo, donde se ha entregado el Nobel de la Paz a Barack Obama, Estocolmo ha vivido una gala histórica gracias a la cifra récord de cinco mujeres galardonadas, entre ellas Elinor Ostrom, primer Nobel de Economía en femenino de la historia.

Además de Ostrom, Herta Müller ha recibido el galardón de Literatura; Elizabeth H. Blackburn y Carol Grieder, el de Medicina, y Ada Yonath, premio de Química -que junto con Müller es la única no estadounidense del grupo de premiados-, forman el póquer de damas que ha superado la marca instaurada en 2004 por Linda B. Buck, Wangari Maathai y Elfriede Jelinek al ganar, respectivamente, en Medicina, Paz y Literatura.

La premio Nobel de Literatura, Herta Müller, nació en Rumanía en 1953 y reside desde 1987 en Berlín. Ha sido la única galardonada en solitario en el Konserthuset, en una ceremonia que coincide cada año con el aniversario de la muerte de Alfred Nobel y que preside la realeza sueca, con el monarca Carlos XVI Gustavo y su esposa Silvia a la cabeza. Reconocida, según la Academia de la Lengua, por "la concentración de la poesía y la objetividad de la prosa" que esconde en obras como La piel del zorro o El hombre es un gran faisán en el mundo. Müller ha sido descubierta gracias a este galardón al gran público como una voz de denuncia del doble castigo que recibió la comunidad suaba por parte del nacionalsocialismo y del comunismo.

Elinor Ostrom, por su "análisis del gobierno económico, especialmente de los propiedades comunes", inaugura la lista de mujeres galardonadas en la disciplina de Economía, que no estaba en el testamento de Alfred Nobel pero fue creada en 1969 por el Banco de Suecia. La economista comparte los 10 millones de coronas suecas (950.000 euros, 1,4 millones de dólares) con los que está dotado el galardón en todas sus categorías con su compatriota Oliver E. Williamson, que estudió también el gobierno económico, pero desde un prisma muy diferente: los límites de las grandes empresas y su eficiencia para la resolución de conflictos de intereses.

Galardones científicos

Los premios científicos, por su parte, han vuelto este año a confirmar que las barreras entre las disciplinas se difuminan cada vez más. El mapa tridimensional atómico del ribosoma, creado en 2000 por la israelí Ada Yonath junto a los estadounidenses Thomas A. Steitz y Venkatraman Ramakrishnan -de origen indio- y reconocido con el Nobel de Química, sintetiza esta tendencia. Este descubrimiento, premiado por la Real Academia de las Ciencias de Suecia, se nutre de las ventajas del sensor CCD, galardonado por la misma institución con el Nobel de Física 2009, y tiene una aplicación eminentemente médica, pues permitirá en el futuro diseñar antibióticos más específicos.

En Física, Willard S. Boyle y George E. Smith dieron en 1969 con el citado sensor un paso de gigante en la fotografía digital al conseguir recrear cada célula fotográfica en un punto de imagen: el ahora conocidísimo pixel. Sus beneficios, actualmente en pleno auge, no sólo repercuten en el campo del usuario, sino en la precisión para diagnósticos médicos o en imágenes tomadas en el espacio. Ambos estadounidenses comparten el galardón con otro compatriota, Charles K. Kao -nacido en Shanghai-, por su estudio de la transmisión de la luz a través de la fibra óptica. Es decir, la tecnología en la que se basa la actual transmisión de datos a través de internet, entre otros usos.

Finalmente, el premio Nobel de Fisiología y Medicina, que otorga el Instituto Karolinska de Estocolmo, recayó en el estudio de degradación celular que, realizado por Blackburn y Greider junto al también estadounidense Jack W. Szostak, abre nuevas vías en la lucha contra el cáncer. Sus descubrimientos se han centrado en "cómo los cromosomas son protegidos por los telómeros y la enzima telomerasa", lo que podría frenar la degradación de esta protección y, en consecuencia, el envejecimiento de las células que puede traducirse en cáncer.

Todos los galardonados -menos Kao, por razones de salud- han ofrecido conferencias en la llamada 'Semana de los Nobel' desde el pasado 5 de diciembre para culminar en una ceremonia en la que no está permitido el discurso de agradecimiento, sino tres reverencias: una al Rey, otra a los académicos y otra al público.