El empresario dice no tener tiempo para aburrirse. :: A. VÁZQUEZ
CÁDIZ

«Cualquier momento es ideal para emprender, hasta en crisis»

El comerciante recuerda sus comienzos y explica los motivos del cierre de uno de los negocios emblemáticos del centro de la ciudad José Ángel Soriano Propietario de Almacenes Soriano

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Empezó a trabajar como aprendiz, en una tienda de su Chiclana natal, a los 11 años. Estudió la carrera de piano y es aficionado a la jardinería. Tiene una colección de guacamayos y asegura que una de las frases que más ha repetido y no ha conseguido cumplir es la de «a ver si hay un momento en el que estoy aburrido». En estos días finales del año es aún más imposible. Con sólo dos días en liquidación, los Almacenes Soriano de la plaza Las Flores, ha recibido tantas visitas como en toda una campaña de Navidad. Cierra uno de los negocios más emblemáticos del centro gaditano, historia viva de los comienzos de la sociedad del bienestar y ejemplo de la actitud emprendedora de aquel joven que, a sus 67, echa definitivamente la verja. José Ángel Soriano hace ahora balance.

-¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo de la empresa?

-Empecé con 11 años como aprendiz y después de la mili abrí mi primera tienda en Chiclana. Después inauguré otras dos y en 1972 estos grandes almacenes. Fue un 'boom' impensable, gracias a que logramos combinar la moda actual con precios interesantes.

-¿Ha cambiado mucho la clientela desde entonces?

-No mucho. Sí es cierto que en Chiclana tenía una tienda con precios más elevados, pero al venirme aquí tuve que bajarlos para adecuarme al resto de negocios del centro y al tipo de clientela.

-Una clientela que ahora no para de hablar, con tristeza, del cierre de este emblemático negocio.

-Creo que el secreto de esta tienda es que aquí la gente se siente como en casa y valora mucho el trato dispensado, la exposición de los artículos y las facilidades a la hora de comprar.

-Se ve la tienda abarrotada, es obvio el resultado que le está aportando la liquidación.

-La verdad es que no me esperaba tanta aceptación. En dos días hemos vendido una sección entera, se puede ver que algunas estanterías están vacías.

-Entonces, ¿no se plantea no echar todavía el cierre?

-Es la fecha. A partir del 1 de enero estoy jubilado y ya es hora de cerrar esta etapa de mi vida.

-Tiene cinco hijos, ¿no hay ninguno que quiera sucederle?

-No, ninguno. Una de mis hijas trabaja aquí como dependienta, pero ninguno quiere seguir con el negocio porque es mucha responsabilidad para ellos y más carga de trabajo. Yo como aquí y hago jornadas de más de 12 horas.

-Es un trabajo duro pero, ¿también un negocio rentable?

-Cualquier momento es bueno para emprender, incluso en tiempos de crisis. Al empresario le debe gustar el riesgo, te la tienes que jugar, aprender de los errores y potenciar los aciertos.

-Durante estas cuatro décadas, ¿temió alguna vez por la empresa?

-Claro, he pasado momentos muy difíciles. He podido perder incluso hasta mi casa. La etapa más complicada fue la de los años del Hiper Cádiz, que luego vendí a Antonio Muñoz y Luis Cuervas.

-Tendrá miles de anécdotas...

-Tantas que no sé cuál contarle. Cuando abrí los almacenes, con 28 años, iba a los bancos a pedir los créditos y me decían que me lo tenía que firmar mi padre porque me veían muy joven. También podría destacar las relaciones con los directores de Simago y Galerías Preciados. Es muy graciosa la que me pasó con el dueño de Simago, ya que mandé a uno de mis empleados a robar sujetadores allí para comprobar si funcionaba su alarma.

-¿No le da pena echar la vista atrás?

-No, para nada. Han sido años muy duros y también gratificantes. Ha llegado la hora de cerrar y ya está. Agradezco mucho el trato de los medios y de la clientela.

-Si compra el local una multinacional, ¿estaría contento?

-Da igual, lo importante es que el negocio que se implante sea rentable y beneficioso para los gaditanos.