Sociedad

SIRENAS Y CENTAUROS

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Todavía hay quienes creen en sirenas. Por lo menos, en España. Hace tres años, varios diarios castellanoleoneses publicaron el hallazgo de fósiles de estas criaturas en el Tormes, con fotos incluidas. Coincidían las crónicas en que el descubrimiento había «conmocionado a los medios científicos» y en que el 'Hidropithecus' o mono de agua era «un vertebrado homínido que podría corresponderse, según los expertos, con un momento evolutivo muy próximo antes de la bifurcación entre el australopiteco y los homínidos». En realidad, se trataba de uno de las instalaciones en las cuales el fotógrafo Joan Fontcuberta, con quien habían hablado todos los medios, juega a presentar una ficción como real.

Una exposición sobre la excavación de un enterramiento de otro animal mitológico, el centauro de Volos, ocupa el primer piso de la Biblioteca John C. Hodges de la Universidad de Tennessee. Incluye el esqueleto de la criatura medio incrustado en arenisca, tabletas de arcilla, fragmentos de cerámica y otros artefactos de la cultura centáurida. El microbiólogo William Willers realizó en 1980 el montaje del centauro de Volos -creado a partir de un torso y un cráneo humanos y huesos de un póney- para instruir a sus alumnos sobre la conveniencia de no creer lo que se ve o lee sólo porque tenga la apariencia de ser cierto.