Un alumno, sentado en un parque en los alrededores de un centro educativo de Extramuros durante las horas de clase. / DANIEL TELLO
CÁDIZ

Hacer rabona deja de estar de moda

Los casos de absentismo escolar descendieron un 17% el pasado curso, según un informe elaborado por el Ayuntamiento de Cádiz Los quinceañeros son los alumnos que más faltan al colegio

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Ir de compras, dar un paseo, jugar a la PlayStation, hacer un recado, cuidar de un hermano o tomar el sol son algunos de los motivos con los que los alumnos justifican su ausencia en clase. Son motivos variopintos, que tienen edad, sexo e incluso nivel de estudios. A priori puede parecer una gamberrada, sobre todo, cuando utilizamos la expresión «hacer rabona». Sin embargo, esta conducta hace saltar las alarmas cuando transformamos las palabras en «absentismo escolar», un hecho que incluso puede considerarse delito.

Sin embargo, parece que lo que se convirtió en una moda hace casi una década comienza ahora a remitir. Un informe elaborado por el Servicio de Familia e Infancia del Ayuntamiento de Cádiz sobre el número de casos registrados durante estos tres últimos años revela que la tendencia ha llegado a disminuir hasta un 17% a finales del último curso académico. De los 166 alumnos atendidos en 2007/2008, se ha pasado a 138 en 2008/2009. De estos, los servicios municipales contra el absentismo han conseguido solucionar un total de 39, mientras que alrededor de 60 siguen teniendo seguimiento y tratamiento durante este curso.

Para ello, han sido clave las reuniones de concienciación con el personal docente, con las familias e incluso con los pequeños.

También la labor de la Policía Local ha contribuido a controlar este hábito. Desde hace varios años, los agentes merodean por los alrededores de los colegios controlando que no existan alumnos fuera del centro durante el horario escolar.

En caso de ser descubiertos por la Policía, estos los trasladan a sus respectivos colegios y lo ponen en conocimiento de la dirección del mismo, que a su vez se lo hacen saber a los padres.

Sin embargo, llama la atención que aunque el número de alumnos absentistas ha bajado, el número de padres despreocupados ha aumentado. Una actitud que ha obligado a poner en conocimiento de la Policía Autonómica la situación de 14 estudiantes, el doble que durante el pasado curso.

Los alumnos absentistas están claramente identificados en este informe. La mayoría de los casos detectados corresponden a alumnos de 15 años de edad, que estudian Secundaria.

No obstante, llama la atención que hay menores de sólo cuatro años que tampoco acuden a las aulas, en esta situación, motivados directamente por la despreocupación de sus padres.

En muchos de los casos, este perfil está asociado a familias desestructuradas o que sufren otras problemáticas sociales, aunque esta identificación es cada vez menos habitual, pues el absentismo escolar ha saltado también de los centros de titularidad pública a los concertados.

El papel de los docentes

Los profesores juegan un importante papel a la hora de detectar estos hábitos. Pasar lista ha pasado de ser un mero trámite a un control de vigilancia extrema. María del Mar Benítez es profesora de Enseñanza Primaria en la capital y asegura que el absentismo es una de las principales causas de fracaso escolar y futura marginalidad.

«Empiezan por faltar a clase y después por abandonar los estudios porque cuando quieren sumarse al ritmo de la clase ya es demasiado tarde, pues se han quedado muy atrasados con respecto al grupo», apuntó la docente, que reconoce que cada vez son menos los estudiantes que incurren en estas prácticas.

En esta misma línea se sitúan los responsables del área de Enseñanza del Consistorio gaditano y por ello han reclamado a la Junta de Andalucía la puesta en marcha de una serie de medidas para paliar al completo estos hábitos. Además de recursos alternativos a los existentes, desde el Servicio se Familia aseguran que la ampliación de la oferta de los Programas de Cualificación Profesional Inicial en la zona del casco antiguo puede ser una salida para las personas que no deseen continuar sus estudios.

Incluso durante una de las sesiones del Pleno Municipal de 2007 se solicitó a las Consejerías de Educación y Salud la puesta en marcha de una Unidad de Pedagogía Terapéutica para este fin, ya que otras localidades de la provincia como Jerez o Algeciras ya disponen de este recurso, que está dando buenos resultados.