Desde que se cerró, el edificio lleva años siendo utilizado como escenario de todo tipo de actividades ilícitas. / JESÚS CABELLO
Ciudadanos

La demolición de la antigua cárcel acabará en enero con la degradación de la zona

Los vecinos, que iban a manifestarse ante el retraso del derribo, están satisfechos porque se pondrá fin a los incendios y el vandalismo

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Era una de las noticias más esperadas para vecinos, profesores, comerciantes y todo aquel que de alguna u otra forma está vinculado al mítico barrio de La Asunción: la antigua cárcel, por fin, será derribada. Los yonquis de la zona se quedarán sin chutadero; los vándalos no tendrán un recinto abandonado que incendiar y la comunidad respirará aliviada por la desaparición de unas viejas paredes que tanto daño han hecho no sólo a nivel de convivencia sino también a la imagen de la barriada.

Cuando el Ayuntamiento anunció que esos terrenos (en desuso desde que se cerró la prisión en el año 2000) albergarían la futura comisaría conjunta, los ciudadanos festejaron la noticia por todo lo alto con la certeza de que con ello se pondría fin a una parte importante de los problemas del barrio.

Sin embargo, el derribo de la cárcel comenzó a demorarse, la burocracia como en tantos de los casos se hizo eterna y tras años de espera, ayer la diputada socialista Mamen Sánchez adelantó que la demolición se llevará a cabo el próximo mes de enero. Francisco Soto, presidente de la asociación de vecinos de La Asunción, se enteró a través de este periódico de la buena nueva y no pudo ocultar su satisfacción al respecto.

Larga espera

«Llevábamos mucho tiempo esperando esto. Estábamos tan desesperados que pensábamos reunirnos con la AMPA del colegio La Paz para manifestarnos y pedir que derribaran de una vez la cárcel. Yo pasé por allí el otro día y me dio hasta miedo; aquello parecía una cueva de bandoleros». Soto recordó la cantidad de veces que los bomberos han acudido a la barriada alertados por los numerosos incendios ocurridos en el edificio, además del continuo vandalismo del que son escenario esas instalaciones, que han tenido que ser desratizadas en más de una ocasión por el foco de infección en el que se han convertido.

Su desaparición no sólo pondrá fin a este tipo de problemas, sino que también traerá ventajas significativas en un doble sentido: por un lado, el colegio de la barriada podría utilizar parte de esos terrenos para una futura ampliación, y por otro la existencia de la comisaría que se construirá en ese suelo contribuirá sin lugar a dudas a aumentar la seguridad en todo el entorno. «Es una alegría muy grande, porque por fin nos vamos a quitar el problema de encima. Con esto se va a solucionar todo», sentenció el presidente de la asociación vecinal.

Sánchez, por su parte, informó de la fecha de demolición tras una reunión mantenida con la AMPA del CEIP Nuestra Señora de La Paz, en la que concretó a los padres y madres que los trabajos se realizarán a final de enero y durarán aproximadamente un mes. Asimismo, explicó que la intervención se retrasará dos meses más de lo previsto debido a la falta de financiación producida por los recortes presupuestarios del Gobierno central.

Presupuesto para obras

La semana pasada, el Congreso de los Diputados aprobó un dictamen de la Comisión del Ministerio del Interior donde se incluye una partida de 576.190 euros para ejecutar estas obras, cuyo trámite administrativo se realizará por la vía de urgencia. Por otro lado, la diputada socialista se ha comprometido a que el derribo se realizará de forma que el perjuicio tanto a los vecinos como a los escolares afectados se vea reducido al mínimo, dada la ubicación de la prisión, que se encuentra anexa al centro educativo.

Cabe destacar que hace unos meses la Policía acometió ciertos trabajos previos a la demolición, con el fin de evitar la entrada al recinto. Entre otras actuaciones, se taparon los huecos de la fachada con ladrillo enfoscado y se soldaron las puertas metálicas, aunque parece que no sirvió de mucho, pues los okupas han continuado durante todo este tiempo con sus actividades ilícitas.