Demasiada sal

El abierto incumplimiento por la mayoría de la población española de las recomendaciones de la OMS sobre consumo máximo de sal, hasta el extremo de que el 80% duplica el límite aconsejado, está en el origen de numerosos accidentes cardiovasculares y condiciona la calidad de la salud en España. Pero aunque existe en la tradición culinaria una contraproducente tendencia a sazonar con generosidad los alimentos, los elevados índices se encuentran camuflados en productos de consumo muy habitual como embutidos, pan y queso, que la mayor parte de los productores comercializa con una alta concentración de sal. El riesgo que ello representa para la salud, por sus consecuencias sobre una tensión arterial que puede dispararse, exige un esfuerzo personal para modificar arraigadas costumbres gastronómicas. Las instituciones deben favorecer ese cambio reduciendo la tasa de sal permitida.