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El proceso electoral iraquí se suspende por el veto del vicepresidente suní a la nueva ley

BAGDAD Actualizado: Guardar
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La celebración de las elecciones en Irak se complica, y el país árabe está necesitado, al igual que ocurre en Afganistán, de impulsar una imagen de normalidad y estabilidad mediante un proceso democrático. La Comisión Electoral decidió ayer suspender todos los preparativos de los comicios generales del próximo mes de enero después de que el vicepresidente árabe suní, Tareq al-Hashemi, anunciase que había vetado el artículo de la nueva ley electoral, aprobada la semana pasada, referente a la asignación de escaños a los desplazados y a los iraquíes residentes en el extranjero, muchos de ellos huidos del país a causa del conflicto entre chiíes y suníes.

«Como consecuencia del veto, hemos decidido paralizar todas nuestras actividades», explicó Hamdiya al-Husaini, responsable electoral. A pesar de la decisión que ha tomado, el vicepresidente árabe suní expresó su esperanza de que el asunto quede resuelto en una única sesión parlamentaria y que su veto no impida la celebración de los comicios ni obligue a aplazarlos.