Obama saluda a Zhou Wenzhong, embajador chino en EE UU, en la Gran Muralla. / REUTERS
MUNDO

Obama aplaca a las dos Coreas

Culmina su gira por Asia con una visita a Seúl para tratar de reactivar el diálogo para el desarme nuclear norcoreano

PEKÍN Actualizado: Guardar
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De la Gran Muralla al último muro de la Guerra Fría. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dejó ayer China para trasladarse a Corea del Sur, la escala final de su larga gira por Asia. En Seúl, el líder demócrata se entrevista hoy con el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, con quien tiene previsto tratar otro de los asuntos clave de su viaje: el desarme nuclear del régimen estalinista dirigido por Kim Jong-Il en la vecina Corea del Norte. Desde el final de la guerra (1950-1953), ambos países permanecen separados por la frontera de la Zona Desmilitarizada que, a pesar de su nombre, es uno de los lugares del mundo con mayor concentración de tropas.

No en vano, en Corea del Sur permanecen 28.500 soldados para hacer frente a la amenaza nuclear de Pyongyang. Aunque Corea del Norte se comprometió en febrero de 2007 a renunciar a su programa atómico (a cambio de reconocimiento diplomático, petróleo y ayuda humanitaria), el acuerdo quedó suspendido por las dificultades de EE UU para verificarlo y el endurecimiento de la política de Lee Myung-Bak.

De hecho, este año se ha vivido una escalada de la tensión con el segundo ensayo nuclear del Norte, que tuvo lugar en mayo, un mes después de disparar varios misiles que volvieron a hacer saltar todas las alarmas. Tras la sorprendente visita a Pyongyang que protagonizó en julio el ex presidente Bill Clinton, quien liberó a dos periodistas condenadas por entrar ilegalmente en el país, se volvió a abrir un período de distensión con EE UU.

El deshielo estalló la semana pasada, cuando dos patrulleras de ambos países se enfrentaron a tiros en el mar Amarillo a pocas horas del inicio de la gira de Obama por Extremo Oriente. A pesar de este incidente, Washington enviará antes de finales de año a Corea del Norte a su representante especial, Stephen Bosworth, para mantener conversaciones, como reclamaba el régimen de Kim Jong-Il.

Antes del viaje, Obama coordinará la postura con el presidente surcoreano, que exige avances concretos en la desnuclearización como condición imprescindible para seguir enviando ayuda. Tanto Washington como Seúl pretenden que Corea del Norte vuelva a las negociaciones sobre su desarme nuclear.

Comercio bilateral

En su última jornada en China, Obama centró sus esfuerzos en la economía y el comercio bilateral. El presidente se reunió con el primer ministro, Wen Jiabao, para abordar las últimas guerras comerciales desatadas por la reciente imposición de aranceles a los neumáticos y tubos de acero procedentes de la fábrica global.

Jiabao se comprometió a nivelar la deficitaria balanza comercial de EE UU, que el año pasado ascendió a 181.439 millones de euros. «China no persigue el superávit, porque con un comercio y una inversión mundial más dinámica podremos superar la crisis financiera internacional y acelerarán la recuperación económica global», indicó el primer ministro, quien pidió a Obama que evitara medidas proteccionistas. Por su parte, el inquilino de la Casa Blanca insistió en la necesidad de apreciar la moneda nacional china, el yuan.