Opinion

Cruise el crúo

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Tom, en confianza, te voy a hacer una pregunta ¿tú has chupao alguna vez la cabeza de una gamba? Porque vamos. Es que tiene guasa que para una vez que vienes a Cádiz y con la que vas a liar en la calle Ancha, que nos la vas a transformar en Pamplona. Te vas a traer hasta un cocinero para que te haga los espagueti... y para colmo seguro que te los comes a la carbonara. La verdad es que nos haces una gran «carbonara», porque ya habíamos hecho hasta un casting en la lonja de El Puerto para escogerte las gambas que se iban a cocer y hasta el párroco de San Francisco, que tú sabes que es el más pío que tenemos en Cádiz, las había bendecido con agua bendita con la esperanza, además, de que renegaras de la Iglesia de la Cienciología y participaras en la próxima manifestación contra el aborto. Tom, tú me vas a perdonar, pero yo creo que eres un poco crúo. La verdad es que después de enterarme de que no vas a probar las tortillitas de camarones en tu visita a Cádiz comprendo perfectamente cómo Nicole Kidman se divorció de ti, porque es que estoy seguro de que la llevas a comer al Romerijo y lo único que le pides a la pobre mía son croquetas.

Yo creo que eso debe ser por la de la Iglesia de la Cienciología porque es verdad que los de la fe están últimamente muy férreos. Aquí el del Camino, muy recto por cierto, habla de herejías con la misma facilidad con la que Federico Pérez Peralta juega a las adivinanzas. Resulta que vienes a Cádiz en helicóptero. Si ya no hay atascos en el puente, hombre. Si hasta te puedes venir en un Comes y llegas al encierro antes que el que abre los chiqueros para soltar a los astados (que toque de conocimiento taurino he tenido a quien el final de la frase).

Lo suyo es que tú y la del nombre gaditano, Cameron, de matrimonio, hubierais llegado a Cádiz en el Vaporcito de El Puerto con dos extras tocando detrás la caja y el bombo y la coral de la Universidad de Cádiz recibiendoos a estribor cantando Vaporcito de El Puerto en polifonía y en inglés, que eso no se ha hecho nunca y tiene que quedar más lucío que un cochino entero empanao con guarnición de habichuelas verdes.

Ya ahí, que una delegación de voluntarios distinguidos de Cádiz os recibiera a los dos con un papelón de churros, que lo de las flores está ya muy visto. En ese momento se acerca Teófila Martínez y Rafael Barra, el de la Autoridad Portuaria, cada un portando un café con leche (corto de café para él y un manchao para ella) y les invita a que mojen el churro. En plan sorpresa desde un remolcador la patrulla Miratanga de la Policía canta a pito el tango Gaditana y desde la Diputación, Cabañas se tira en paracaídas cantando A mi manera, pero con acento de Benalup.

Dos niños y niñas, uno de Selesianos y otro de San Felipe Neri, se acercarían entonces con el pañuelo pamplonica y se lo pondrían al Crúo y a la Cameron de matrimonio al cuello y ya así se les transportaría por San Juan de Dios y Pelota en el paso de la patrona y portados por los primeros premios del concurso del Falla de los últimos diez años, hasta la Catedral. Subida a paso horquilla por Arquitecto Acero, para que no cojan relente, hasta el mirador Entre Catedrales y allí, situados ya los dos bajo el palio gigante, se acercaría la comisión pro defensa de la Aduana con una réplica del edificio hecha en coco y huevo y se le entregaría oficialmente la petición de que si hacen noche en la trimilenaria en vez de dormir en Veedor, que duerman en la Aduana.

Es ahí cuando viene la segunda sorpresa. El concejal de Fiestas, Vicente Sánchez (¡bien Vicente, bien!) se acercaría a Cameron y le propondría salir de ninfa en la próxima cabalgata y a Tom ser capataz del paso de la Luz y el Agua, porque este, seguro que con lo crúo que es, lo único que bebe es agua, la manzanilla de Sanlúcar seguro que más que la quiere para lavarse los pies. Y no voy a seguir con todo lo que está programado porque después de enterarnos de que el crúo de Cruise no comerá tortillitas de camarones en Cádiz, no se merece nada... ojalá el cocinero que trae se equivoque echando el ajo y le repita más la pasta que un empacho de pollo al ajillo.