Economia

Los separados y los divorciados, más interesados en trabajar que los solteros

MADRID Actualizado: Guardar
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No sólo la situación económica condiciona la predisposición de las personas a trabajar. También influyen, junto a otros factores, la formación adquirida, el país de nacimiento e, incluso, el estado civil, según se desprende de varios informes del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al tercer trimestre de 2009. Así, la experiencia de un divorcio o de una separación matrimonial hace que sus protagonistas se preocupen más que los solteros por conseguir un contrato o que la mayor diferencia de intereses entre hombres y mujeres se dé en los casados. En España, de cada cien ciudadanos, casi 60 (en término medio) forman la población activa (a su vez compuesta de parados y ocupados). Los requisitos oficiales para pertenecer al colectivo son tener más de 16 años de edad -algo imprescindible para poder acceder al mercado laboral- y demostrar que se tienen ganas de encontrar una colocación.

Ahora bien, ese 60% varía según los niveles de cualificación. El abanico de categorías formativas existentes es muy extensa. No obstante, refleja que las ganas de trabajar se intensifican ante determinadas enseñanzas recibidas. Por ejemplo, llega al 92% entre las personas con estudios oficiales de especialización profesional y, dentro de esta titulación, al 98,77% en las edades de 45 a 49 años.

Precisamente, el análisis por países de origen descubre que los trabajadores con doble nacionalidad, con un 79,51%, son los que más ansían desarrollar una actividad profesional. El porcentaje baja al 76,60% entre los extranjeros y al 57,19% entre los españoles. Y dentro de los inmigrantes, los más deseosos de tener o mantener un contrato son los latinoamericanos, con un 82,95%. A continuación se sitúan los nacidos en países de la comunidad, seguidos del resto de europeos.

En relación con el estado civil, todos los grupos superan el 60% de media, menos los viudos, cuya tasa cae al 9,85%. Los ciudadanos que menos quieren quedarse en casa y que están más preocupados por trabajar o por disponer de un empleo son los separados o divorciados. Su porcentaje de actividad se sitúa en el 75,34%, pero llega al 100% entre los jóvenes de 16 a 19 años. Por género, la situación es similar. En los hombres sube un punto y en las mujeres baja en la misma proporción.

El índice de población activa entre los solteros ronda el 70%. En el caso de los varones, ese porcentaje se sobrepasa mientras que en el de las mujeres se reduce casi al 66%. Los casados se encuentran unas décimas por debajo de la media general, pero en este grupo la diferencia entre sexos se hace patente en favor de los hombres.