La escopeta nacional

Sinceramente desconozco si a Luis García Berlanga le gusta el fútbol. Lo que sé es lo que sabe todo el mundo. Que le dio coba a Franco con Bienvenido Mister Marshall y que en sus películas siempre aparecía el imperio austro-húngaro. Pero también admito que desearía que le gustara e hiciera un buen largometraje sobre lo que se está viviendo en nuestro balompié. Lo que se está viviendo y muchos callan, algunos por omisión y compadreo como la prensa mafional y otros porque simplemente no se atreven o son estómagos agradecidos. Se me ocurre La escopeta nacional (no sean mal pensados que ese era el nombre de una de película suya, que yo no quiero matar a nadie).

El protagonista principal podría ser Megía Dávila, un árbitro que ha reconocido abiertamente que es del Real Madrid y que incluso se ha puesto la camiseta del conjunto merengue para una portada de un periódico deportivo de tirada mafional. A buen seguro que Berlanga pediría su currículum y revisaría las veces que pitó al Barcelona cuando los dos grandes se estaban jugando la Liga. El imperio austro-húngaro lo conformarían esa ingente legión de futbolistas extranjeros a los que van a fastidiar con el tema de los impuestos. Pobrecitos ellos con lo poco que ganan. Si se portan bien con hacienda, se me ocurre que de fondo podría sonar algo así como «extranjeros os recibimos con alegría, olé mi madre, ole mi tierra y olé mi vía».

Y como en todos los largometrajes de Berlanga siempre hay un personaje entrañable, el Luis Escobar de la vida, el que no rompe un plato pero se lleva la más grande. En esta comparación se me ocurre el caso de Ogbeche, que por un manotazo iba a tener que cumplir cuatro partidos (al final se los han quitado), dos menos que Pepe por hacer diez veces menos. Pero no lo diré muy alto no se vaya a enfadar el protagonista principal.