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Demasiado peligro para llegar a Cádiz

Cádiz Actualizado: Guardar
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Precaución y respeto a las señales. El nudo del Río San Pedro, principal vía de paso para entrar o salir de Cádiz por el puente Carranza, se ha convertido en un punto conflictivo para el tráfico debido a las obras que se llevan a cabo en los aledaños para la conexión con el segundo puente de la Bahía. La jefatura Provincial de Tráfico reconoce que se trata de un punto caliente de atascos y embotellamientos, pero los efectos del carril reversible del puente Carranza alivian la situación.

No obstante, las quejas de los conductores ante las dificultades que entraña el cruce de esta vía no cesan. Transportistas y conductores de autobuses, entre otros, reconocen que la curva y la dirección en zig zag que toma la calzada son un peligro. La regulación de la carretera es competencia de la empresa adjudicataria de los trabajos del segundo puente, Dragados, que no tiene previsto, por ahora, acometer nuevas regulaciones de tráfico en la zona.

En obras desde 2007

La obra que se desarrolla en las inmediaciones de esta barriada de Puerto Real es clave para la distribución del tráfico que genere el nuevo acceso a la Bahía. En estos momentos se construye un scalextric con dos viaductos que se encargará de canalizar la circulación hacia el polígono del Trocadero, y el Bajo de la Cabezuela, además de dirigir los flujos hacia el puente Carranza y en dirección al nuevo puente. El nudo se convertirá así en lugar de paso para más de 50.000 vehículos diarios.

Esta obra, que arrancó en abril de 2007, ha obligado a realizar un desvío alternativo para facilitar los trabajos. Precisamente esta ruta hasta conectar con el desdoble de la antigua N-443 a la altura de Delphi es la que más peligro entraña. La carretera tiene dos curvas, tres carriles, dos en sentido Cádiz y uno en sentido Puertoreal, y su disposición es en zig zag.

Los ingenieros admiten la peligrosidad del tramo, pero las señales que lo regulan son correctas. El delegado en Cádiz del Colegio de Ingenieros de Caminos, Andrés Ortega, reconoce que no se puede hacer mucho más, salvo esperar a que terminen las obras. Los letreros que regulan la velocidad la limitan de 60 a 40 y luego a 20 y reflejan con señales amarillas y luces de precaución los desvíos, además de los conos. Según Ortega, la señalización es correcta.

El ingeniero director de las obras del segundo Puente por parte del Ministerio de Fomento, Marcos Martín, adelantó a LAVOZ que el nudo de Río San Pedro entrará en servicio el próximo verano. Indicó que el desvío alternativo que se ha construido mientras duran los trabajos de construcción de los viaductos serán demolidos una vez que se abra al tráfico el nudo distribuidor.

Sólo queda circular con precaución respetando las señales.